La depresión es un
trastorno que afecta de 10% a un 20 % de la población; es normal tener breves
períodos de tristeza, pero cuando ésta aparece acompañada por síntomas como
falta de interés por las cosas, alteraciones del sueño o del apetito, falta de
energía y concentración y mal humor, y además estos síntomas se extienden por
lo menos durante dos semanas, podemos estar frente a una situación de
depresión.
Pero también algunos
problemas físicos, dolores pre-cordiales, problemas digestivos, dolores de
cabeza o períodos alterados, van acompañados por la depresión, y muchas veces
las personas se enfocan en el problema físico sin advertir la otra situación.
Pero probablemente los mayores causantes de la depresión sean sentimientos como
la desesperanza, el desamparo, la culpa, ansiedad y tristeza, y la falta de
atención a la depresión provoca su mayor profundización, tanto que se ha
demostrado que la causa más común de suicidio es la depresión. Las personas
deprimidas piensan que los malos tiempos nunca terminarán y se creen condenadas
para siempre a una vida mediocre. Las cosas más simples como levantarse por las
mañanas les cuestan un esfuerzo enorme; saben lo que deben hacer pero la
depresión los mantiene estáticos y cada pequeña cosa parece imposible de realizar.
Las obligaciones se
aplazan indefinidamente, las decisiones son postergadas o evitadas. Se
desintegra la autoconfianza, aparecen titubeos al hablar y actuar… Pero la
depresión es una enfermedad, y al igual que otras enfermedades, requiere de un
diagnóstico y tratamiento médico y si es necesario la administración de
medicamentos.