Hasta no hace mucho tiempo
se lo consideraba a Saturno como un planeta maléfico al que había que soportar.
Hay que considerar que la astrología moderna le da a Saturno un significado más
positivo. Cuando Saturno transita por distintas casas de un mapa y aspecta a
distintos planetas personales, puede tener importantes significados y
contemplarse como, el principio de autopreservación que se manifiesta con
actitudes temerosas y defensivas; se relaciona con todas las figuras de
autoridad, la ley, el padre, las tradiciones culturales y sociales; como el
principio del tiempo y del aprendizaje que llega a través de sucesivas
lecciones de vida, este principio determina algunas cualidades saturninas, como
la sabiduría mundana, la mesura, la formalidad, la paciencia, la actitud
conservadora, y la previsión práctica.
Se relaciona con antiguas
pautas de vida y personalidades que se endurecen con el tiempo, se relaciona
con el dios Kronos, dios del tiempo, que distribuye justicia poco
misericordiosa. Con el paso del tiempo los saturninos se vuelven indecisos a la
hora de revelar sus reales sentimientos y recelosos en relación a todo lo
nuevo. Posee también un impulso hacia la defensa de la estructura de la vida y
de la integridad personal. Saturno se refiere a la pureza de la naturaleza
fundamental de una persona, al yo verdadero. Muchos libros antiguos dicen que
Saturno es rudo con aquellos que se desvían de la naturaleza verdadera. Saturno
también representa psicológicamente una dimensión del complejo del ego que habitualmente
se vuelve rígido con la edad, al grupo cuyas pautas de conductas y actitudes
atan a una persona por medio del temor. Se lo ha llamado también la Sombra, es
decir la parte que se bloquea, que se teme, acerca de la cual nos sentimos
culpables, proyectando de esta manera esas cualidades a los demás.