JÚPITER Y SATURNO EQUILIBRADOS

Debemos tener en cuenta que Júpiter posee una influencia ennoblecedora. Nos ofrece amplitud mental, que se manifiesta con una gran capacidad de poseer consideración hacia los otros y un concepto de conciencia universal. También Júpiter ofrece a la vida anímica de muchos individuos una influencia muy benéfica. Pero, para desarrollar esta actitud benéfica, es necesario equilibrar la tendencia entusiasta propia de Júpiter, con el enfoque más prudente y cauteloso que posee Saturno.

Es necesario que estas vibraciones benévolas que se desarrollan en nuestro interior y se dirigen hacia los demás, se materialicen. Se debe equilibrar concientemente ese enfoque positivo de la vida en hechos que se puedan comprobar. Es muy importante que este gran potencial personal que ofrece Júpiter se ponga aprueba y se confirme en hechos reales. Muchas veces escuchamos a alguien manifestar proyectos y aptitudes que nunca pueden demostrar en la realidad. Es muy importante el equilibrio de Júpiter con Saturno, ya que éste sirve por así decirlo, como contrapeso de Júpiter.

Un Saturno débil o ausente permite una excesiva actividad de Júpiter y provoca en el individuo una excesiva inclinación al auto agrandamiento que desvaloriza a los demás. Una mezcla de ideales y fantasías, con aspiraciones muy elevadas que impiden avanzar en el mundo real, es un problema típico de aquellos individuos que tienen en su carta natal a Júpiter exaltado, a un destacado Sagitario o un realce de Piscis. La falta de practicidad es una de las mayores debilidades de aquellos cuya tendencia jupiteriana no esta en equilibrio con Saturno, también, en este desequilibrio, Júpiter se torna ineficaz y poco formal.

Esto demuestra la necesidad imperiosa que tiene Júpiter de estar en equilibrio con Saturno para lograr una tranquilidad con todo aquello que lo rodea. La órbita de Júpiter esta dentro de la órbita de Saturno, y éste le da a Júpiter la disciplina que necesita, ya que Júpiter se manifiesta como un potencial sin límites y Saturno le otorga, cuando está en equilibrio, la limitación necesaria. Ese equilibrio debe darse en ambos planetas, ya que Saturno en su manifestación extrema se transforma en un real enemigo de la vida, destruyendo las posibilidades de desarrollo y el despliegue de vida que representa Júpiter. Es conveniente tener presente que los extremos siempre son malos, no es necesario ir más lejos, luego de lograr nuestras metas, es importante satisfacerse con los objetivos logrados.

En la filosofía china se da el ejemplo perfecto de este equilibrio, demostrado en todos sus escritos, estos se denominan comúnmente yin y yang. Los principios que complementan este equilibrio están basados en el contraste entre la liviandad de Júpiter y la gravedad de Saturno. Júpiter por su parte nos eleva hacia las grandes alturas de lo ideal y lo humorístico, nos lleva por encima de todo. Es optimista, liviano y juguetón. Saturno por lo contrario es pesimista, pesado y más bien serio. Nos permite orientarnos hacia la realidad, nos arrastra para poner los pies en tierra, en el aquí y ahora. Por el hecho de estar en la órbita de Saturno, Júpiter, a pesar de su inclinación por el cambio, es convencional, tiene limitaciones a pesar de perseguir objetivos difíciles de lograr. Su crecimiento esta limitado por pautas aprobadas y establecidas. Tiende a mejorar y expandir lo que ya existe, no se encarga de tirar abajo tradiciones, ni normas sociales. No se aleja de la tradición, ni de los modelos mentales preestablecidos, solo trata de desarrollarlos más allá de lo posible.

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