El ser humano es un todo
compuesto de cuerpo, psiquis y alma. Cuando una de estas partes sufre algún
trastorno, tiene respuesta en el resto.
Esto es lo que ocurre con
la enfermedad; cualquier dolencia física es un reflejo de la falta de armonía
en nuestro interior.
La enfermedad es la
expresión física y palpable de lo que ocurre en nuestra psiquis y en nuestra
alma.
Este desarreglo interior
se da a conocer a través del síntoma, cuya función es reflejar nuestras
carencias psicológicas. En saber descifrarlos se haya la clave para aceptar
nuestra enfermedad, terminar con ella y cambiar nuestra vida.