Cuántas veces hemos
entrado a casas que nos transmiten bienestar, amor, paz y prosperidad, mientras
que otras nos hacen sentir incómodos, son lugares tétricos y hasta se podría
decir que son lúgubres, esto no se debe ni a la falta de decoración, ni a los habitantes
de las mismas, sino a como han sido orientados los muebles, es decir, depende
fundamentalmente de la orientación de los elementos que hay en ellas. El feng
shui es una disciplina milenaria que nació en China, hace alrededor de 5.000
años, es conocido también como el arte de la ubicación armónica, y se basa en
el análisis y el estudio de las influencias que puede ejercer un determinado
ambiente, en el estado de ánimo de las personas que habitan en él. Su objetivo
primordial es hacer que una casa mejore la calidad de vida, brindando armonía,
bienestar, paz, salud y prosperidad, no dependiendo ni del tamaño ni de la
calidad del mobiliario. El feng shui analiza todo lo que nos rodea, colores,
plantas, árboles y dentro de una casa, el mobiliario, los materiales que la
componen, los expertos consideran que todo transmite vibraciones y que el ser
humano reacciona a ellas. Por eso el feng shui busca la armonía en todo el
conjunto. Considera además que la energía, llamada Chi, puede circular de
manera desordenada, se puede trabar o fluir al revés, y cuando esto ocurre se
suele perturbar el ambiente del hogar. Distribuyendo en forma correcta los
muebles, eligiendo la decoración adecuada, y ornamentando convenientemente,
lograremos ordenar las energías. Este arte no es muy difícil, basta con saber
que colores debemos usar, de qué manera debemos distribuir y orientar los
muebles, es decir reajustar lo que ya tenemos.
El recibidor:
Si bien es un lugar de
tránsito, debe ofrecer calidez en la bienvenida y en las despedidas debe ser
afectuoso. Cuando este lugar se halla desordenado, lleno de bártulos, genera
ganas de no entrar o de salir lo más rápido posible. Este es el lugar
principal, de donde se distribuye la energía a toda la casa. Para que resulte
beneficioso para la vivienda debe ser luminoso, limpio y ordenado. Hay que
tener en cuenta no poner objetos, ni percheros puntiagudos, porque lo convierte
en inarmónico.
Es conveniente la
utilización de muebles redondeados, lo ideal también es poner un espejo que le
otorgará profundidad y activará mejor las energías. Se debe crear armonía
también con los colores que vamos a usar, se puede usar como color neutro el
blanco o los tonos verdosos para ponerlo en sintonía con la naturaleza. No se
deberán usar colores fuertes como el rojo o el naranja.
Sala de estar:
Es el corazón de la casa,
por lo que debe ser un lugar muy placentero. Tiene que ser un lugar que se
preste al reposo, por lo que debe ser cálido y relajado, y a su vez debe
estimular el diálogo. Debemos evitar que sea oscuro o que este atestado de
cortinajes, de tapicerías, con empapelados muy pintados, pues esto, genera una
sensación de sofocación. Puede suceder lo mismo si la decoración es muy
angulosa o vanguardista, con muebles metálicos, paredes blancas y brillantes,
por eso se deberá buscar un término medio. Es conveniente usar cortinas de
algodón, de hilo o de gasa en las ventanas, ya que permiten retener la energía
positiva y a su vez dejan pasar la luz. No se deben utilizar alfombras y
moquetas porque éstas, detienen el fluido energético. Si se coloca una mesa
central, ésta debe ser circular u ovalada. Se deben evitar las plantas
artificiales, por lo que debemos recurrir a plantas naturales con flores y muy
verdes. Si esta sala contiene dos ambientes, podemos utilizar como frontera una
lámpara de pie, que le brindará armonía y continuidad. Como nos debe aportar
calidez y confort se tienen que utilizar colores pasteles suaves, beige y
neutros terrosos.