Es una realidad que cada
uno de nosotros cada vez que pensamos en una herradura o encontramos una,
pensemos de inmediato en la buena suerte, Esto se debe a que la superstición
nos dice que si encontramos en nuestro camino una herradura, debemos pedir un deseo
y luego arrojarla detrás de nosotros, sin mirar donde cae para que la suerte
nos acompañe.
Pero también, es muy
interesante saber que las herraduras, además de ser elementos de la buena
suerte, tienen más de una aplicación esotérica y mágica, ya que son capaces de
transmitir distintas señales y responder cualquier tipo de pregunta.
La costumbre de poner una
herradura en la puerta de entrada de nuestro hogar se la debemos a los rumanos,
éstos la colocaban en el marco de la puerta para gozar de buena suerte y para
que todo en el hogar se desarrolle armoniosamente. También los rumanos tenían
como costumbre arrojar herraduras al aire para obtener señales reveladoras del
destino.