La fitoterapia (del griego fyton,
'planta', 'vegetal' y therapeia, 'terapia'), conocida también como herbolaria
(del latín herba, 'hierba'), es la ciencia del uso extractivo de plantas medicinales. Los registros más fiables
datan el concepto de fitoterapia desde el imperio Sumerio en el año 3000 a.C., sin embargo,
es gracias al médico francés Henri
Leclerc (1874 – 1955 d. C.) que usa por vez primera
el término en su obra “Précis de Phytothérapie”. Una traducción
etimológica da a entender que se trata de una “terapéutica con plantas”, no
obstante esta escueta traducción hace flaco favor al objeto de esta ciencia,
pues matizando el concepto se entiende por fitoterapia como “ciencia, y como
tal, realiza un estudio cuyo objeto es todo material de origen vegetal con
utilidad o finalidad terapéutica; siendo propio de la terapéutica la
prevención, atenuación o curación de un estado patológico”. La materia prima vegetal de la
que hace uso, sometida a los procedimientos galénicos adecuados permite obtener lo que se conoce como fitofármaco.
El conocimiento de
las propiedades terapéuticas de las plantas se encuentra en auge debido a los
descubrimientos constantes de nuevas especies de plantas, que hacen que día a
día se sumen importantes investigaciones clínicas y se descubren o confirman
numerosos efectos farmacológicos.
La fitoterapia pertenece
al ámbito de la medicina y se
relaciona estrechamente con la botánica y el estudio del metabolismo
secundario vegetal, es ejercida por médicos y por
fitoterapeutas. La farmacéutica tiene su aproximación a la fitoterapia en
la farmacognosia, que
da cuenta de los constituyentes químicos de las plantas o de sus órganos o
partes y de las propiedades farmacológicas de estos. La Fitoterapia moderna, se
basa en el conocimiento de la Farmacología, y considera los aspectos farmacodinámicos y farmacocinéticos de los medicamentos
basados en plantas medicinales, en estudios preclínicos y clínicos, sin olvidar
su origen en el conocimiento ancestral y la experiencia de prueba y error
heredada de las pasadas generaciones.
El uso de plantas
como recurso terapéutico natural se remonta a tiempos muy remotos. Hoy en día
la ciencia confirma la presencia en ellas de compuestos químicos con acciones
farmacológicas, denominados principios activos, que constituyen muchas
veces los ingredientes primarios utilizados por laboratorios farmacéuticos como
punto de partida en el desarrollo de formas comerciales que serán patentadas
para su uso terapéutico. Los fitofármacos, por su parte, incluyen aquellos
extractos estandarizados producidos a partir de la totalidad de una planta o de
sus partes u órganos. Se incluyen como material o droga vegetal a plantas
terrestres y también a las algas. Queda aún por definir
si los principios activos extraídos de hongos y levaduras deben incluirse como
fitofármacos o como se ha propuesto, como fungifármacos.
Historia
La práctica de la
fitoterapia es casi tan antigua como el hombre. La fitoterapia es la medicina
más antigua y probada del mundo. De forma obligada los individuos y
sociedades prehistóricas mantenían
un fuerte contacto con la naturaleza la cual, al principio, de una forma
accidental repercutía en el hombre, ya fuera por la ingesta de plantas tóxicas
o venenosas, picaduras de insecto etcétera. Estas situaciones pasaban a formar
parte de la experiencia de las comunidades antiguas que se hacían eco de qué
les dañaba, pero también y del mismo modo de una forma accidental, en el más de
los casos azarosa, comprendían que la naturaleza era fuente de sustancias con
propiedades curativas. Al principio la metodología empírica era la única guía
sustentada por una base mística y religiosa en cuanto al uso de drogas vegetales;
por tanto las más de las veces no se apreciaban resultados, siendo la
experiencia a lo largo de los siglos la que seleccionaría aquéllas drogas útiles
para el hombre.
Restos
arqueológicos en Irak revelan la presencia de granos de
polen de plantas aún en uso hoy día en medicina oriental con una antigüedad de
unos 60.000 años; indicativo todo ello de que Homo neanderthalensis podría
haber tenido unas nociones básicas del uso de plantas. Los primeros usos
curativos de las plantas se remontan a unos 10.000 años en la India, mientras
que los más antiguos documentos que lo testimonian pertenecen al imperio
sumerio ((3000 a. C.) y a China; entre todos se destaca el Herbolario
de Shên Nung (2700 a. C.). Importantes fueron también los papiros
egipcios que plasman el conocimiento de esa civilización en más de 700 formas
diferentes de medicamentos de
naturaleza vegetal y animal. Famosos son los encontrados por el egiptólogo
alemán G.M. Ebers (1837-1898) y también los de Smith (1600 a. C.),
que tratan 160 tipos de drogas como el opio,
etc. En la zona de Mesopotamia se
realiza una labor análoga a la egipcia de recopilación de todo el conocimiento
y material relacionado con las drogas vegetales y su
actividad; todo ello confirmado por el hallazgo de 660 tablas de escritura
cuneiforme en la región de Nínive, al parecer fruto de la orden dada
por Asurbanipal 700 años antes de Jesucristo.
De entre las 250 drogas que recoge este compendio se
encuentran el opio, cáñamo indiano, azafrán, mirra, mandrágora e incluso la hoja de belladona presenta las mismas
indicaciones que hoy día como antiespasmódica y antisecretora. Tanto la
civilización egipcia como las variadas culturas mesopotámicas mantenían
circunscrito todo este saber, al mundo místico haciendo la relación dicotómica
religión-medicina aún más fuerte. Por su parte en el extremo Oriente, India,
mantenía ya hace más de 5.000 años buenas comunicaciones con las civilizaciones
china, egipcia y mesopotámica. Los dos primeros tratados más importantes
elaborados en esta región son el Átharva-veda escrito sobre el
2.000 a. C. y el Susruta hacia el 1.300 a. C. ambos
constituyen una completa guía de la época en materia de enfermedades y
remedios. Cabe destacar la mención que hacen a las drogas como
rawolfia y acónito. También en el Nuevo Mundo mucho antes de la llegada del
colono europeo a América, sus habitantes poseían un profundo conocimiento del
mundo vegetal como por ejemplo los indios americanos que conocían la coca,
lima; los aztecas usaban cacao, vainilla, pimienta, tabaco; y los indios norteamericanos usaban para
curaciones áloe, cáscara sagrada,jalapa, sauce y lobelia.
Es en el seno de la
civilización griega, donde la secularización de la disciplina médica tiene su
culmen, llevando a la ruptura entre misticismo y medicina, hasta entonces
estrechamente ligadas, confiriendo autonomía a esta ciencia. El primer tratado
sistemático de botánica farmacéutica De
Historia Plantarum, escrito por el griego Teofrasto (372-287 a. C.)
filósofo peripatético sucesor de Aristóteles en la dirección de su
escuela, fue muy difícil y casi incomprensible,. Otra figura griega
protagonista de importancia excepcional en este campo, fue Hipócrates, fundador de la escuela de Cos
(460-377 a.C.). Ese antiguo médico, clasificó por vez primera de manera
sistemática 300 especies de plantas medicinales, incluyendo también recetas, métodos de empleo y dietas,
influyendo mucho, de esa manera, sobre el mundo romano y el pensamiento de la edad Media. Entre sus obras más
significativas, destaca el De medicina de Celso (18 d. C.).
Ya en la era cristiana Dioscórides, un griego
enrolado en el ejército romano y recorriendo los dominios del imperio, realiza
su gran aportación περιυληζ (materia que proporciona la naturaleza) y
posteriormente ampliada por los copistas con ιατριχηζ (médica). En el s.XV d.C
se traduce al latín como "De Materia Medica" de gran
importancia pues contenía descritas más de 600 drogas.
Solamente en época romana se comienza así a hablar de Farmacoterapia y Farmacognosia en el sentido moderno que
damos al término. Recordar también los 37 libros del Naturalis Historia de Plinio el Viejo (23-79), una obra
enciclopédica fundamental para comprender los conocimientos farmacológicos de
los antiguos; los estudios de Claudio Galeno (129-201), que catalogó los medicamentos en
función del "calor" o "humor", según grados crecientes
(Methodus medendi) además de preconizador de la polimedicación; y la obra de
medicina en 70 libros del médico personal del emperador Giuliano
l'Apostata, Oribasio (325-403), que trata de falsificaciones
de las drogas.
Con el final del
imperio romano, los conocimientos científicos médicos vendrán a ser conservados
en los monasterios y desarrollados paralelamente en el mundo árabe, donde nace
la alquimia, la predecesora de la química
moderna, y en donde fue elaborado el primer ejemplo de farmacopea. Habiendo recogido el testigo la
cultura árabe, realiza acopio de todo el saber hindú y hereda los saberes del
mundo greco-romano para una vez más recopilar y ampliar el conocimiento sobre drogas vegetales
introduciendo la nuez moscada, maná, tamarindo, alcanfor, cubeba etc. Destacan como máximos
exponentes Averroes, Mesué el joven,
Serapión el joven e Ibn al-Baitar que
describe 1.400 drogas vegetales y su actividad farmacológica. Importante
también, el trabajo de Isacco
Giudeo (850-950 circa), el Libro de los alimentos y de
los remedios simples, y el noto Canone de Avicenna (980-1037).
Mientras tanto se
fue desarrollando una relación entre las instituciones religiosas, las casas de
los peregrinos, los hospitales, etc., junto con los huertos botánicos
cultivados por los monjes. En la Edad Media se desarrolla más el comercio
de las especias y las drogas, y con ellas de las
plantas medicinales, y, su difusión se ve incrementada. En el S XIII vemos
nacer los primeros cultivos de las mismas, pero sólo entre el 400 y el 500 se
inicia la verdadera ciencia
botánica.
Con el
descubrimiento de América, surgen nuevas
rutas comerciales y aparecen nuevos materiales y drogas; se introducen el cacao, café, ipeca, quina etc.
que impulsan la Materia Médica mientras que la imprenta se encarga de la rápida
difusión de la obra de Dioscórides. Así, en las universidades también
se difunden las primeras cátedras de Lectura semplicium(botánica
experimental).
El primer tentativo
de nomenclatura botánica fue hecho por Leonhart Fuchs (1501-1566). En los mismos
años, Paracelso(1493-1541) enfrenta estudios
químicos concentrándose sobre los principios activos de las plantas. Sus
seguidores empezarán después, aquella parte de la química que estudia los
medicamentos. Magnol (1638-1715),
será el que introduce en la clasificación botánica la idea de la familia: todo
el reino vegetal, subdividido en 76 familias. Otros personajes importantes son
Ruiz y Pavón, José Celestino Mutis, Lemery. Las ideas de Paracelso producen un vuelco en la terapéutica que
se ve levemente compensada por la llegada de las drogas del Nuevo Mundo como la
corteza de quina de empleo en la malaria o la hoja
de digital en el tratamiento de la hidropesía. No obstante la tendencia al alza
del uso del principio activo preconizado por Paracelso produce una desestimación de la
utilidad de las drogas vegetales, actitud reforzada y
potenciada por una serie de trabajos como los de Scheele que
aísla ácidos orgánicos a partir de drogas vegetales. En 1806 Sertürner separa
la morfina del opio. Progresivamente se dilucidan las estructuras químicas de
los compuestos y continuamente se aíslan productos a partir de sus drogas y
comienza un creciente estudio de las propiedades farmacológicas propugnado
por Magendie y
su discípulo Claude Bernard .
El principio activo adquiere predominio sobre la droga,
más aún cuando se empiezan a conocer los mecanismos de acción. Toda esta
situación inicia un proceso en el que la Fitoterapia se ve relegada y
desprovista del atributo de ciencia, pasando a ser considerada como medicina popular. Más descubrimientos
hizo Carlos Linneo (1707-1778),
que, partiendo del descubrimiento de los órganos genitales en las flores de
Camerario (1665-1721), divide por géneros y especies adoptando una especial
nomenclatura de dos nombres, que permite identificar cualquier especie de
hierba.
Sin embargo
aprovechando el filón de los avances científicos y tecnológicos comienza a
restituirse en su lugar natural dentro del circuito sanitario que son la Farmacia y la Medicina.
Actualidad
Se hace difícil hoy
día tener una idea del peso que tiene la Fitoterapia en el mundo, por lo que se
recurre a estimaciones ponderando una serie de parámetros como son el comercio
de plantas medicinales o de preparados con plantas medicinales y sus derivados.
Indicadores fácilmente mensurables en Europa y buena parte del continente
Americano pero de exigua resolución en el continente asiático y africano. De
las 250.000 especies de plantas se cree que existen, tan solo se usa el 10% la
mayor parte de ellas de uso en Europa. El 30% de los fármacos existentes son derivados de
plantas, a pesar de ello no computan económicamente en el marco de las plantas
medicinales.
Los datos del año
2007/08 revelan que solo el continente europeo acumula el 46% del mercado
mundial de fitofármacos, seguidos en la segunda posición Asia y Norteamérica con
un 18%, Japón un 15% y el resto del mundo apenas
supera la cifra del 3%. Pese
a que muchos principios activos proceden,
ya sea directa o indirectamente de plantas medicinales, tan sólo se consideran
preparados fitoterápicos a aquellos que se preparan partiendo del organismo
vegetal en cuestión. En Europa, Francia y Alemania son el adalid de esta forma de
terapia, empleando sus recursos hasta en afecciones respiratorias y
gastrointestinales. Por otro lado en los Estados Unidos un tercio de la población
recurre a la fitoterapia, mientras que hay países en los que el desconocimiento
y el desinterés del sistema sanitario hace que esta alternativa terapéutica se
encuentre en estado primigenio, lo que ha llevado al intrusismo, siendo el caso
de un país como España. Gracias a la
investigación fitoquímica y farmacológica de los productos naturales se está
comenzando a avalar el uso de una miríada de fitofármacos lo que por otro lado
ha permitido el resurgimiento de esta disciplina en cuanto que resulta
ventajosa respecto de los medicamentos al uso en una serie de aspectos:
·
Debido a la
asimilación y empleo de técnicas y metodología científica para el ahondamiento
en el conocimiento de plantas y drogas, se ha conseguido llegar al punto de la
elaboración de extractos estandarizados, auténticos "fármacos" en los
que se ha disminuido el sesgo en parámetros de cantidad y calidad de compuesto
activo.
·
Definido el margen
terapéutico como el intervalo entre la mínima dosis del principio, que es capaz
de producir efectos farmacológicos, y la dosis a la que empieza a aparecer
toxicidad, se ha visto que los fitofármacos presentan un margen más amplio que
otros medicamentos de síntesis pudiendo así tener un control más seguro en su
empleo.
·
Posibilidad de
realizar un control más exhaustivo en la dosificación, pues va en aumento la
investigación y desarrollo de formas farmacéuticas de polvos y extractos de
drogas.
No obstante las
desventajas son una realidad, como en cualquier otra ciencia, y es que puede
ser contraproducente con aumento de efectos no deseados, administrar estos
preparados junto con fármacos de síntesis; e incluyendo además como
inconveniente que existen patologías exentas de alternativa fitoterápica.
Fitoterapia y arboterapia
Aunque por la
etimología de la palabra pudiera sugerir que se trata de sinónimos, son dos
conceptos muy diferentes:
·
Fitoterapia: Es el tratamiento curativo de las enfermedades mediante sustancias
obtenidas de los vegetales.
·
Arboterapia: Es una terapia basada en la convivencia en
armonía con los bosques.
Núcleo de estudio
El objeto de
estudio de esta ciencia, plantas medicinales, requiere de un esbozo a
título orientativo de las mismas; la OMS la
define como: "la planta que en uno o más de sus órganos contiene
sustancias que pueden ser utilizadas con fines terapéuticos." En segundo
lugar conviene resaltar que las plantas medicinales así como las drogas que
de ellas obtenemos, se identifican por convenio con binomio en latín seguido del autor botánico eg.
"Camellia sinensis" Kuntze(en
referencia al Té); y para el caso de las drogas un ejemplo válido sería "Ginkgo folium" (hoja de Ginkgo). Cuando se
habla de plantas medicinales en fitoterapia, se entiende hace referencia a
todas aquellas plantas cuyos procesos de cultivo y recolección se realizan en
tierra. No obstante el mar con toda su biodiversidad vegetal supone una amplia y
potencial fuente de plantas, algas. A pesar de ello existe
un claro predominio del uso de organismos vegetales terrestres por parte de la
fitoterapia habiéndose hecho extensos estudios en materia de obtención y mejora
de las mismas.
Hasta el año 2006
casi el 50% de las plantas medicinales empleadas como materia prima en
fitoterapia eran de procedencia silvestre lo cual suponía y todavía hoy
supone una amenaza para su supervivencia. Otros factores como la falta de
homogeneidad en la recolección, posibles confusiones en la identificación de la
especie correcta, y la ausencia de una estricta metodología en el control de
calidad, hacen optar por el uso de planes de cultivo de plantas medicinales en
detrimento de la simple recolección de las que se puede disponer libremente en
la naturaleza.
El cultivo
Para asegurar que
la planta que se cultiva mantiene sus propiedades y que durante su cultivo se verá
libre de modificaciones que puedan afectar a la calidad del producto final,
como pueden ser tamaño de las drogas y producción de principios activos existen unas normas de
calidad u organismos emisores de normas de calidad como son GMP (Good
Manufacturing Practice), GAP (Good Agriculture Practice) e ISO (acrónimo en
inglés de la Organización
Internacional de Normalización) que por medio de una serie de
protocolos estandariza cultivo, manufactura y control. Estos controles y
organismos aseguran tener en cuenta los elementos necesarios para evitar que
tanto factores intrínsecos como extrínsecos puedan alterar la composición
química. Entre los factores estrínsecos a la hora de cultivar plantas de uso
terapéutico debe prestarse especial atención a la altura, la temperatura, la
humedad ambiental, estaciones de lluvia, tipo y características del suelo o
duración y alternancia de los períodos de luz-oscuridad. Toda esta serie de
condicionantes son de obligada determinación para cada especie en concreto,
especialmente para aquellas que se pretende aclimatar a un nuevo entorno,
verbigracia plantas exóticas.
Mejora y recolección
de plantas
Con el fin de
maximizar el rendimiento en productos terapéuticos de uso en humanos, esto
es, principios activos,
existen toda una batería de procederes que auguran obtener los especímenes más
resistentes, lo cual es una ventaja si las condiciones climáticas son las
idóneas o bien el organismo vegetal es susceptible de infecciones bacterianas o
parasitaciones. En definitiva se persiguen individuos más productivos,
resistentes o de crecimiento más rápido. El método más ampliamente usado, tanto
a nivel rural (los agricultores lo emplean desde antiguo) como a nivel
industrial, es la hibridación.
Con ello se pretende dar origen a individuos que en su naturaleza reúnan
características de las que los progenitores solo poseían una careciendo de las
demás. Así es posible obtener por ejemplo una prole, cuyos progenitores eran
solo productivos pero no resistentes y los otros resistentes pero no
productivos, agrupando así en un individuo los caracteres que más nos interesan
de otros especímenes. Con este mismo fin de obtener cepas o razas de superior
calidad con respecto a sus predecesores, se llevan a cabo las mutaciones; que pudiendo suceder estas
de una forma espontánea y natural y así generar mutantes enriquecidos en
determinados grupos o tipos de principios activos; optar por la producción
deliberada de mutaciones proporciona una mayor seguridad de cuándo se darán
estas. Como agentes mutagénicos se suelen usar agentes físicos, siendo la
radiación UV la
más usada, pero también radiaciones γ y rayos X; y en el grupo de agentes químicos las
mostazas nitrogenadas. Las hormonas vegetales, auxinas y giberelinas se usan como estimulantes del
crecimiento dando lugar a especímenes de mayor masa, lo que supone una mayor
cantidad de compuestos.
En el apartado de
la recolección se ha de tener en cuenta que la mayoría de las especies
silvestres están protegidas debido a su, antaño, descontrol en la recolección.
A pesar de las medidas cautelares y proteccionistas y con el expreso
consentimiento gubernamental, es posible su recogida. Pero sin duda, es la
recolección de las especies que uno mismo cultiva el modo más ventajoso en la
obtención de plantas medicinales; no obstante, dado que esta modalidad evita la
extinción y permite el uso de maquinaria, ello no implica estar exento de
recomendaciones:
·
Algunas especies
aromáticas varían su composición en función de la época, algunas incluso tan
sensibles que presentan variaciones horarias.
·
Las hojas como
norma se recolectan al inicio de la floración mientras que los órganos
subterráneos al final.
·
Es recomendable no
recoger los órganos aéreos si están mojados, ni la corteza tras un periodo de
humedad.
·
Se aconseja la
recolección de resinas y látex en periodo seco.
Conservación y
almacenamiento de plantas y drogas
Concluida la
recolección de la planta se realiza una criba de las distintas partes del
vegetal, así desechamos lo accesorio y conservamos la materia prima o droga, la
cual inmediatamente ha de ser privada de la luz solar y sometida a una de las
modalidades de conservación. Si se opta por la desecación se usan secaderos de
aire con un rango de temperaturas de 30-35 °C cuyo objetivo es reducir el
contenido hídrico por debajo del 10%, medida que paraliza todos los procesos
enzimáticos amén de la proliferación de hongos y levaduras. La estabilización por su parte
destruye todo el equipo enzimático que degradaría los componentes de interés;
procediendo mediante calor o vapor de alcohol etílico. Es propio, llegados este
punto, la prevención de la colonización bacteriana mediante agentes térmicos,
de estricta prohibición cuando se trate con material termolábil; agentes
químicos donde habrá que vigilar la toxicidad del agente y proceder a su
eliminación después de usado; y por último la ionización que es el método o agente más cuidadoso con el
material de trabajo cuyo principal inconveniente es su elevado coste. El
almacenamiento concluye, por tanto, el proceso de obtención de drogas vegetales.
Se trata de prolongar en el tiempo las condiciones de conservación preservando
de la luz, humedad y todo lo que ello conlleva (bacterias, mohos, insectos, roedores) a las materias primas. El
uso de recipientes opacos o colortopacio restringe el
contacto lumínico, mientras que el uso de deshidratantes, que no contacten con
la materia vegetal, en un doble recipiente previene la humedad. La hermeticidad
en muchos casos supondrá un refuerzo.
Precauciones con las
plantas medicinales
Nótese que como
cualquier medicamento, algunas plantas pueden provocar reacciones adversas,
intoxicación por sobredosis o interacciones perniciosas con otras sustancias.
El consumo de plantas naturales por cualquier vía realmente es un proceso de
medicación y es importante que sea informado al médico en caso de necesidad,
porque cualquier otro fármaco podría interaccionar negativamente con la planta.
Por lo tanto, es necesario el mismo control médico estricto con las plantas
medicinales que con los medicamentos de síntesis.
Además se han de tener
otras precauciones ante el uso de plantas con efecto farmacológico activo.
Antes de recolectar una planta medicinal, es necesario asegurarse de haber
identificado correctamente la que se busca. Un error a la hora de recoger una
planta puede ser un error mortal, ya que muchas plantas medicinales se
confunden fácilmente con plantas tóxicas. En cualquier caso, si hay alguna
duda, siempre se recomienda no recoger la planta o bien consultar con un
experto.
El uso de estos
productos es cada vez mayor en las sociedades modernas. Merece la pena destacar
que algunos pocos productos (por ej. el poleo-menta) pueden afectar
negativamente a la lactancia materna. Debido a la importancia de ésta en la
salud de madres y lactantes, resulta de interés evitar todos los factores que
pudieran interferir en las prácticas de lactancia materna.
*TODA LA ANTERIOR INFORMACIÓN FUÉ RECABADA DE http://es.wikipedia.org/wiki/Fitoterapia
Qué es la herbolaria?.Botánica aplicada a la medicina
La herbolaria se basa en
una filosofía distinta a la medicina moderna. En la medicina moderna la salud y
enfermedad se analizan bajo la idea de que el cuerpo es la suma de sus órganos,
y por lo tanto los tratamientos procuran enfocarse a un problema o mal
funcionamiento aislado. En la herbolaria la salud y enfermedad se entienden
como un desequilibrio tanto físico como espiritual o energético, y por lo tanto
la curación involucra un tratamiento comprensivo para re establecer el
equilibrio.
Actualmente es común
combinar la filosofía de la medicina moderna con los conocimientos botánicos de
la herbolaria; el campo científico realiza investigaciones para verificar las
propiedades específicas de las plantas, y ha llegado a ser bastante común
recetar pastillas "naturales" o hierbas para aliviar un malestar como
dolor de cabeza o alguna infección. Aunque esto puede funcionar a corto plazo
(la planta recetada puede eliminar el dolor o la infección en esa ocasión), no
es un uso preciso de la herbolaria si no trata el desequilibrio que causó el
dolor o infección. Según la tradición herbolaria, si el desequilibrio sigue
ahí, volverá a resultar en dolor o enfermedad.
Términos similares:
medicina herbal, medicina natural, medicina ancestral, medicina chamánica,
fitoterapia, etnobotánica, homeopatía.
La Herbolaria, también
conocida por el nombre, Fitoterapia, es una actividad que consiste en extraer,
para luego usar en un tratamiento, plantas que ostentan características
medicinales, o en su defecto, los derivados de estas, como dijimos, con
absolutos fines terapéuticos, ya sea para prevenir o tratar enfermedades.
Si bien este tipo de
práctica goza de una importante antigüedad, recién sería en el siglo XIX,
gracias al médico francés Henri Leclerc, que se popularizaría el término y ya
cobraría con el otro tipo de entidad en el ámbito de la medicina alternativa.
La Herbolaria realiza un
estudio muy pormenorizado de cada vegetal para así poder determinar si el mismo
presenta algún tipo de característica terapéutica, una vez que se logra
descubrir que tal o cual vegetal previene, atenúa o directamente cura una
dolencia, entonces, será sometido a determinados procedimientos para así
obtener un fitofármaco.
Sin lugar a dudas, para
la ciencia moderna es una constante y también una especie de desafío poder
llegar a conocer en profundidad todas las posibilidades terapéuticas que
ofrecen las plantas y si bien existen algunos efectos que se han ido
transmitiendo a través de la tradición que fueron dejándonos las culturas
milenarias, en realidad, también, día a día, la ciencia a través de sus
investigaciones logra descubrir nuevos y beneficiosos efectos de parte de las
plantas, que se suman a los ya existentes y que hacen que las plantas sean
además de una fuente de alimentación para muchísimos seres vivos, una sana y fácil
manera de conservar el estado de salud.
La Herbolaria se
encuentra incluida dentro del ámbito de la Medicina y mayormente es practicada
tanto por médicos como por herbolarios o fitoterapeutas. En la actualidad la
Herbolaria se basa en un conocimiento de farmacología y entonces tiene en
cuenta las cuestiones farmacodinámicas y farmacocinéticas de aquellos
medicamentos que provienen principalmente de plantas medicinales, aunque, vale
destacar, que por sobre esto se impone el conocimiento ancestral heredado de
las generaciones previas y que mencionamos más arriba.
Asimismo, a la persona
que recoge hierbas y plantas de tipo medicinal se la conoce con el nombre de
herbolaria/o.
También, al
establecimiento que se dedica exclusivamente a la búsqueda, producción y
conservación de este tipo de plantas se lo llama herbolaria.
¿Qué son y cómo actúan
las plantas medicinales?
Se denomina plantas
medicinales a aquellas plantas cuyas partes o extractos se utilizan como drogas
o medicamentos para el tratamiento de alguna afección o enfermedad que padece
un individuo o animal.
La mencionada parte de
este tipo de plantas es conocida popularmente como droga vegetal y puede ser
suministrada a través de diferentes vías: cápsulas, comprimidos, cremas,
elixir, decocción, infusión, jarabe, pomada, tintura, y ungüento, entre otras.
El uso de drogas
vegetales para curar males y enfermedades o bien para reducir los síntomas y
trastornos que algunas provocan, no es para nada una novedad, sino muy por el
contrario, su uso se remonta incluso a la etapa prehistórica y sin dudas ha
sido una alternativa muy difundida a través del tiempo y que se encuentra muy
presente en la mayoría de las culturas que formaron y forman parte del mundo.
La industria
farmacéutica actual con el fenomenal desarrollo y evolución con el cual cuenta
se ha basado muy especialmente en estos usos y conocimientos tradicionales a la
hora de la elaboración y la síntesis de buena parte de los fármacos que produce
y aún más, el proceso continúa vigente a pleno, encontrándose cada día en las
plantas un nuevo aporte y solución para la cura o tratamiento de una enfermedad
nueva o preexistente.
En casos muy extraños y
siendo los menos, la planta entera puede llegar a tener un valor medicinal,
generalmente, será en algunas de sus partes, hojas, semillas, flores, cortezas
y raíces, donde se concentran los compuestos útiles de las mismas.
En tanto, las maneras de
aplicación o uso pueden variar. La más frecuente y común es la de la infusión,
en la cual, el principio activo es disuelto en agua mediante una cocción más o
menos larga y la tisana que resulta de esta se beberá.
Entre las plantas que se
usan de esta manera se cuentan la Tila, la pasionaria, el café. Pero también
hay otro tipo de plantas que exigen otro tipo de usos, como ser: a través de la
preparación de tinturas, se comen, inhalando el humo producto de su combustión
y aplicación tópica.
Entre las plantas
medicinales de uso más reconocido se cuentan las siguientes: ajo (acción
diurética, fungistático, expectorante), amapola (anti hipertensivo,
analgésico), ambay (expectorante, antiespasmódico, diurético), belladona
(miorelajante, inhibitorio de secreciones), cáscara sagrada (laxante, tónico
intestinal), efedra (descongestiona las vías respiratorias), guaraná (vaso
constrictor, tónico nervioso), ginkgo (vasodilatador cerebral, antioxidante,
promueve la memoria y la atención), malva (antiinflamatorio, laxante,
estimulante del intestino), manzanilla (aminoácido, sedante), valeriana
(relajante, ansiolítico).
Un remedio sano contra
el estrés
En la actualidad estamos
acostumbrados a vivir todo demasiado rápido y ello nos genera un estrés tremendo
a la mayor parte de las personas.
Por esto es que hoy como
nunca antes los seres humanos se han volcado masivamente a la utilización de
diversas alternativas que proponen bajar ese estrés que surge de las tensiones
diarias.
La ejercitación física
con estrictos fines de relajación, la ingesta de algunos medicamentos químicos,
la realización de psicoterapia, y cada vez más la utilización de plantas
medicinales que tienen como principal acción terapéutica la baja del famoso
estrés.
La tila o mejor conocida
como te de tilo es una de las plantas medicinales por excelencia que ayudan a
las personas a obtener relajación de una manera híper natural y sin demasiado
esfuerzo, tan solo se requiere de disponer de las flores de la planta,
procesarlas y beberlas en una infusión. De todos modos, la cosa hoy es mucho
más sencilla ya que en la mayoría de los supermercados y almacenes es posible
encontrarse con saquitos de té de esta variedad.
La amapola también es
otra opción en plantas medicinales que se consume muchísimo para ganarle a los
nervios. Especialmente se la recomienda en los casos de estrés que ya tienen
una expresión en el cuerpo, en el organismo.
En el caso de la
amapola, se la puede conseguir en almacenes especializados, aunque, cabe
destacarse que cada vez más los alimentos preparados la contienen, tal es el
caso de panes, muffins, entre otros.
Vale destacarse también
que hay muchísimas personas que usan las plantas medicinales a modo de
prevención, es decir, no las usan para tratar alguna enfermedad o afección ya
diagnosticada o declarada sino que las consumen porque saben que su utilización
ayuda a prevenir algún mal.
Esto también es muy
importante de remarcar porque no solamente ayudan a tratar una enfermedad sino
que son muy beneficiosas como prevención y para contribuir a disponer de una
salud de roble, como se dice popularmente.
Objetivo: Como ha ido
evolucionando a través de los años la herbolaria en México
Denominamos Herbolaria
al conjunto de conocimientos relativos a las propiedades curativas de las
plantas.
En México la herbolaria
ha sido y sigue siendo un recurso para buscar la cura a las enfermedades más
comunes. Nuestro país ha sido geográficamente privilegiado, ya que posee una de
las floras más ricas en el plantea. Y su herbolaria se ha enriquecido por la
observación y paciencia de los pueblos que durante siglos, han buscado su poder
en la curación.
HERBOLARIA EN
MESOAMÉRICA
El termino Mesoamérica
hace referencia a l territorio comprendido de la mayor parte de México y lo que
integran Guatemala, Nicaragua, Costa Rica y El Salvador
La medicina de
Mesoamérica tuvo su propia raíz y evolución, pues se basa en conceptos
específicos sobre la estructura del mundo y el origen de la vida.
Los antiguos habitantes
de este territorio imaginaron que el mundo era un enorme cubo; a la mitad de
ese cubo imaginario estaba una plataforma rectangular habitable por el hombre,
donde ubicaban a la tierra propiamente dicha con sus montañas, plantas,
animales, ríos y lagunas rodeada por el mar. Esa agua del mar se elevaba en el
lejano horizonte hasta formar cuatro inmensas paredes azules que llegaban al
cielo, concebido este como la tapadera del cubo. El techo celeste era sostenido
por 4 enormes árboles, uno en cada esquina. Había un mundo subterráneo, la
región por debajo de la plataforma de tierra habitable, que tenía nueve pisos o
niveles fríos donde se formaban nubes, nacía el agua y habitaban seres
acuáticos. Por encima de la plataforma imaginaron trece niveles celeste donde
nacía la luz y el calor y era por ese medio donde viajaban las estrellas, el
sol, la luna y otros seres de la mitología mesoamericana.
En el mundo prehispánico
la enfermedad los pueblos la concebían como producto de la acción de los seres
que habitan los pisos celestes y el inframundo. Y que a través de los elementos
de la plataforma: el viento, agua, sol, polvo, animales, etc. Daba como
consecuencia un desequilibrio en el cuerpo del hombre. La enfermedad era
producto del este desequilibrio corporal, que se mantenía gracias a la dualidad
de los elementos vitales: el color y el frio, la luz y la oscuridad, lo seco lo
húmedo, arriba y abajo.
En este caso la medicina
se ocupaba (en esta cosmovisión) de ayudar al enfermo a recuperar ese
equilibrio que ya lo había perdido. Las plantas medicinales fueron un recurso
al que los habitantes de Mesoamérica se auxiliaban para buscar la cura a sus
enfermedades. Estas plantas se utilizaron de diferentes maneras, de ungüentos,
para aliviar trastornos a través de la piel; como pócimas, como vaporizaciones,
etc.
Los habitantes contaron
que con sus plantas mantenían un orden y una organización casi perfecta, tenían
médicos que dominaban ciertas especialidades, y estos eran: parteros, hueseros
o yerberos.
Había incluso escuelas
para enseñar a los jóvenes el uso y el arte de curar y había mercados de
plantas medicinales donde el pueblo podía visitar, consultar, y comprar e
incluso consultar a los médicos.
HERBOLARIA EN MÉXICO A
TRAVÉS DE LOS SIGLOS
Las sociedades
prehispánicas creadoras de grandes ciudades y centros ceremoniales, de una
economía, una organización social y una religión complejas desarrollaron una
tecnología capaz de lograr la supervivencia y el crecimiento de la población.
El aprovechamiento de los recursos naturales -vegetales, animales y minerales-,
para la salud incluía, además de tratamientos curativos, prácticas de higiene,
cuidados y embellecimiento del cuerpo humano.
Uno de los centros ya
mencionados donde se adquirían las plantas (entre otros productos) eran los
mercados. Era un sitio establecido en la ciudades, colonias, municipios,
poblados, y rancherías, tiene una historia muy antigua.
Durante el reinado de
Moctezuma de 1440-1469 se creó un lugar de descanso para la nobleza india en
las tierras cálidas y bajas ubicadas al sur del valle de Tenochtitlan en el hoy
nuestro estado de Morelos. El lugar: El jardín de Oaxtepec
Moctezuma ordeno que se
usaran las aguas del manantial de Oaxtepec para formar un sistema de riego que
permitiera el cultivo y la conservación de las más importantes especies
vegetales del imperio azteca., las plantas se cultivaron en parcelas
cuidadosamente diseñadas para conformar el primer jardín de América varios
siglos ante de que Europa una idea semejante a esta se imaginara.
Durante el siguiente
siglo los españoles quedaron maravillados de la belleza del lugar y tanto fue
su simpatía por el lugar y porque eran numerosas las plantas medicinales que los
aztecas habían conservado, que en ese mismo cerro los españoles edificaron un
hospital. El hospital de la Santa Cruz de Oaxtepec. Fue en ese lugar donde
durante el siglo XVI, se escribirían algunas de las obras más importantes sobre
herbolaria medicinal del países más importante de la época.
EL CÓDICE BADIANO
En 1552 se elaboró en el
colegio de la Santa Cruz en Tlatelolco de la ciudad de México un pequeño
manuscrito que lleva por título de Libellus de medicinalibus indorum herbis
(librito de las yerbas medicinales de los indios) se conocerían cuatro siglos
después como Códice badiano.
Estaba integrado con una
descripción del uso medicinal de más de 150 platas originarias de México y que
se empleaban en la medicina prehispánica. En esta obra es considerada el primer
libro de herbolaria medicinal azteca y una de las más importantes fuentes bibliográficas
históricas de la materia médica en México. En esta obra nos ofrece información
sobre plantas según el tipo de enfermedad para la que se usan. La medicina
indígena agrupaba las enfermedades conforme a un orden anatómico: de la cabeza
a los pies.
CÓDICE FLORENTINO
Interesados en el
aprendizaje del idioma náhuatl y deseosos de conocer a fondo la ideología y
cultura de los pueblos que debían evangelizar. Los misioneros católicos
desarrollaron en México una intensa labor de estudio de las tradiciones e ideas
de los conquistados. Entre los más importantes, por la trascendencia, esta Fray
Bernardino de Sahagún. El códice contiene una amplia sección dedicado
exclusivamente a las plantas medicinales de los indios mexicanos. La
característica más importante de esta obra en la Sahagún escribió es que fue
obtenido de los ancianos. El libro goza abundante información sobre los usos
medicinales de las plantas, las propiedades y características de los
medicamentos y esto hace reconocer la riqueza de la medicina azteca.
Durante los primeros
cien años de la colonia, el uso que los indios hacían de algunas plantas
medicinales se asoció con actos de idolatría, ya que las curaciones autóctonas
conservaban rituales y prácticas de la religión anterior. El clero católico
prohibió su uso para evitar prácticas e ideas que combatió durante el proceso
de implantación forzada del cristianismo en pueblo conquistado.
Con tal de que no se le
reprimiera los indios cambiaron su nombre por denominaciones asociadas a la
religión.
La dieta de los
mexicanos se modificó radicalmente después de la Conquista española; la
herbolaria medicinal se enriqueció con la contribución de la flora europea y el
árabe. De las cocinas españolas salieron el perejil, el tomillo, la albahaca,
la manzanilla, la hierbabuena, el clavo, la mejorana, el laurel, el eneldo, y
muchas más hierbas, aromáticas, de uso culinario y medicinal llego a México a
través de la migración española.
Según estudios botánicos
modernos, más del 50 por ciento de las plantas medicinales actualmente
empleadas por los mexicanos provienen de Europa y se integraron a lo largo de
toda la etapa colonial.
En el siglo XIX
ocurrieron en Europa y principalmente en Francia, cambios importantes en el
desarrollo de las ideas; la filosofía prospero en la búsqueda de nuevas
ciencias que enriquecieron y modificaron el pensamiento ilustrado, sobre todo
como consecuencia del desarrollo capitalista y el crecimiento del proceso de
industrialización iniciado a finales del siglo XVIII
El nuevo orden económico
y social influyo en todas las ciencias, pero de manera especial en la rama de
la medicina. Las ideas positivistas llegaron a nuestro país durante la
intervención francesa. La nueva forma de abordar el estudio de la naturaleza
repercutió directamente en la herbolaria. Se apoyó en la química y se utilizó
plantas que nunca se habían conocido. Así surge la industria
químico-farmacéutica para producir formas medicamentosas a base de plantas
nunca antes conocidas.
La tradición herbolaria
y conocimiento tradicional de los habitantes de México contribuyeron a superar
las difíciles condiciones de salud que predominaron durante la larga guerra
civil y las intervenciones extranjeras en el siglo XIX. Por eso el General
Carlos Pacheco, secretario del Fomento del gobierno de Porfirio Díaz, creó en
1888 el Instituto Médico Nacional.
El herbario medicinal
del instituto contaba con varios miles de plantas curativas recolectadas y
clasificadas por los botánicos. Este instituto fue el organismo del gobierno
porfirista que mayor investigación científica realizó sobre la flora medicinal
de México durante el siglo XIX.
Durante el decenio de
los años sesenta el nombre de México apareció con frecuencia en los reportes
científicos y médicos de la investigación de plantas en el mundo, debido al
gran número de especies vegetales que contienen sustancias capaces de provocar
alucinaciones. La ciencia médica se interesó en conocer y estudiar el uso que
las culturas indígenas de México hacen de plantas como el peyote y el ololihuiqui
en sus fiestas ceremoniales y rituales. Durante años recientes eran frecuentes
encontrar en México números investigadores extranjeros (antropólogos, médicos,
químicos) que recolectaban la flora medicinal en regiones como Oaxaca, Chiapas,
la tierra Tarahumara o entrevistando a los miembros de comunidades indígenas ya
que deseaban aprender de ellos el uso y la aplicación de estas plantas.
A partir de los años
ochenta, el enteres por conocer las plantas medicinales y su uso se ha
propagado en todo el mundo. El desarrollo tecnológico ha dado paso a nuevas
metodologías y procedimientos que han modificado sustancialmente el estudio de
la herbolaria y permiten visualizar el papel de los nuevos medicamentos
preparados a base de plantas. La herbolaria de México, afortunadamente no esta
tan lejana a este notable desarrollo científico y técnico. Hoy en día
diferentes Instituciones como es el caso del Instituto Mexicano del Seguro
Social, algunas facultades e institutos de la Universidad Autónoma de México, y
el Instituto Politécnico Nacional, entre otras, llevan a cabo investigaciones
sobre la flora medicinal del país en muy variados aspectos.
MEDICINA TRADICIONAL
En los años setenta de
este siglo, se produjo un cambio importante en el empleo y estudio de la
herbolaria en la mayor parte del mundo. Tal giro provino de la Organización
Mundial de la Salud, la cual reconoció que las plantas medicinales usadas por
las culturas autóctonas (llamadas medicina tradicional) desempeñaban un papel
importante en la salud de muchos países. Se funda en México el instituto
Mexicano para el Estudio de las plantas medicinales (imeplam). Se recuperó la
bibliografía histórica sobre la materia, se crearon nuevos bancos
bibliográficos respecto a la flora mexicana., se fundó el Herbario de Plantas
Medicinales, colección formada con colectas de los etnobotanicos y se
establecieron laboratorios de química y farmacología en el mismo instituto.
CONCLUSIÓN: A través de
los años hemos visto que la herbolaria ha sido parte fundamental en la rama de
la medicina no solamente en el uso diario de los habitantes de nuestro país
sino a través del mundo. En México su rica historia tradicional se remonta a
las épocas del gran reinado azteca y tal vez mucho tiempo atrás; revisando como
ha ido evolucionando hasta el día de hoy. También es importante ver como uno de
los factores que hoy en día influye en los habitantes de este País es el de los
Mercados que todavía existen puestos en donde las hierbas en donde cada día su
consumo aumenta entre personas de edad avanzada, adultos y jóvenes; sigue
siendo el comercio de estas plantas un importante punto en nuestras historia.
Las hierbas se utilizan
desde hace siglos para atender enfermedades y su costo es menor que el de los
fármacos, pero el rechazo de quienes sustentaron criterios cientificistas en
las universidades marginó su uso como recurso para prevenir y mejorar la salud,
ya que no hubo investigaciones sistemáticas para detectar sus principios
activos.
Sin embargo, esta
tendencia tiende a revertirse; de hecho, las hierbas fueron tema del II
Congreso de la Federación Argentina de Medicina Familiar y General que, con el
lema "Promoviendo calidad en atención primaria; Un desafío para que equipo
de Salud", se realizó en la capital salteña.
La malva, la salvia, el
romero, el paico, la pasionaria, el tilo, el aloe -entre otras plantas- fueron
mencionadas en el foro médico donde, como conclusión más importante en este
tema, surgió la necesidad de modificar actitudes y criterios frente a esta
posibilidad de cuidar la salud.
La exposición estuvo a
cargo de la religiosa brasileña Leonita Antunes de Oliveira; el doctor Marcelo
Ikonikoff, del Hospital Italiano -en cuya unidad de medicina familiar se
estudian las propiedades curativas de diversas hierbas-, y el máster en
atención farmacéutica comunitaria Walter van der Heyde, de Misiones. La charla
debió reiterarse por el interés que despertó entre los cerca de 800 participantes
del congreso.
El doctor Van der Heyde
puntualizó que las hierbas pueden ayudar y hay que analizar cómo utilizarlas
con la convicción de que no existen plantas milagrosas y de que sólo se
recomienda emplearlas con supervisión médica para determinadas enfermedades o
síntomas, como gripe, fiebre, malestar estomacal, úlceras, diabetes tipo 2,
estrés, ansiedad o insomnio, pero no en casos de riesgo de muerte. Al mismo
tiempo, el especialista advirtió sobre el peligro de las hierbas tóxicas, y
subrayó que no pueden darse recetas generales, sino que la idea es que cada uno
analice cuál es la planta que predomina en su zona y conozca el empleo
tradicional.
El profesional
distinguió entre la fitomedicina, que demandará profundizar investigaciones, y
la fitoterapia, que es el empleo cotidiano de las plantas, pronunciándose por
la necesidad de avanzar en la etnofarmacopea a fin de dar fundamento científico
a las aplicaciones de las distintas hierbas, ya que algunas tienen por ejemplo
20 propiedades, pero sólo se las utiliza por una o dos de ellas.
Según Van der Heyde, en
Misiones se emplean en atención primaria, comenzando por la higiene, para lo
cual se enseña a elaborar jabones de sebo mezclado con hierbas. También se
utilizan en nutrición, indicando las propiedades alimenticias de vegetales como
las semillas de zapallo y sandía y las hojas de mandioca, y para el tratamiento
de algunas patologías con control médico en un registro.
La experiencia misionera
abarca el seguimiento de un millar de pacientes a los que, además, se les
brindan apoyo psicológico, masajes y otros servicios. Los resultados del empleo
de las hierbas naturales son positivos entre un 60 y un 70% de los casos.
Uno de los participantes
del taller, el doctor Jorge Melián, afirmó que hay que terminar con la
concepción de que "existe una medicina ortodoxa y una medicina de los
yuyos; no son alternativas, pueden emplearse las dos".
En este sentido opinó
que hay que "tratar de averiguar cuándo se pueden aplicar, para que las
personas vivan mejor en lo físico y en lo económico, porque una hierba cuesta
mucho menos que un remedio. Numerosos médicos están realizando experiencias,
pero en la medida en que su uso no se generalice y puedan abarcar más casos
será difícil avanzar más de prisa. El doctor Melián consideró que una de las
dificultades que existen para reunir mayor caudal de conocimiento científico
sobre las hierbas es que por lo general no se alientan las investigaciones.
Herbolaria: usos y
beneficios de las plantas curativas
¿Quién no ha recurrido a
la sábila o aloe vera para combatir problemas digestivos, o al árnica para
aliviar el dolor por golpes o caídas? El uso de remedios herbolarios es tan
antiguo como el hombre mismo, y es el principio de la Medicina como ciencia.
¡Conoce un poco más sobre las propiedades medicinales de las plantas!
Herbolaria mexicana,
Propiedades medicinales de las plantas, Plantas curativas, Hierbas medicinales
La herbolaria es el
conjunto de conocimientos relativos a las propiedades de plantas curativas. La
Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce el valor de esta práctica
terapéutica como un recurso inocuo y eficaz que puede ser aceptado por
autoridades nacionales en los esquemas públicos de salud. Esta institución
señala que 80% de la población mundial utiliza plantas medicinales para
satisfacer o complementar sus necesidades de salud.
En la actualidad, existe
inmensa documentación científica relacionada con la herbolaria mexicana, pues
constituye aún el recurso más conocido y accesible para grandes núcleos de la
población en México.
Según la Comisión
Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), en el país
se han registrado aproximadamente 4 mil especies con atributos medicinales (15%
de la flora total del país), es decir, 1 de cada 7 posee alguna propiedad
curativa.
Los principales
laboratorios y grupos farmacéuticos han aprovechado los beneficios de la
herbolaria para desarrollar medicamentos a base de plantas; además, cuentan con
especialistas (biólogos, botánicos, antropólogos y químicos) que trabajan en
líneas de investigación dirigidas a la clasificación de vegetales y hierbas
medicinales.
Conocimientos sobre
herbolaria han sido transmitidos de una generación a otra y hoy en día son
reconocidos e investigados a profundidad por diferentes disciplinas
científicas, como Química, Biología, Botánica y Farmacología, desarrollando
fármacos, saborizantes y aceites aromáticos, entre otros productos, a base de
plantas medicinales.
Propiedades medicinales
de las plantas
Los hallazgos obtenidos
a través del tiempo han permitido distinguir amplia variedad de hierbas y plantas
curativas con las siguientes propiedades terapéuticas:
Antihelmínticas.
Destruyen y permiten la expulsión de parásitos intestinales.
Antiinflamatorias.
Remedios herbolarios con plantas como la cola de caballo alivian o reducen la
inflamación o hinchazón de tejidos.
Antimicrobianas.
Exterminan microbios causantes de enfermedades y ayudan a fortalecer los
mecanismos de defensa del organismo.
Astringentes. Reducen la
irritación cutánea y crean barrera protectora contra infecciones.
Estimulantes del sistema
digestivo. Inducen el apetito y producción de jugos digestivos.
Carminativas. Calman la
inflamación de las paredes intestinales y permiten la eliminación de gases del
tubo digestivo.
Emolientes. Tienen
acción antiácida y protege a los tejidos irritados o inflamados.
Diuréticas. Aumentan la
producción y eliminación de orina.
Emenagogas. Estimulan la
expulsión del flujo menstrual.
Expectorantes. Permiten
la eliminación de mucosidades alojadas en vías respiratorias. Tal es el caso de
la acelga.
Hepáticas. Fortalecen al
hígado y ayudan a que funcione adecuadamente.
Tranquilizantes. Ayudan
a reducir y controlar estados de nerviosismo, ansiedad e inquietud, por
ejemplo, la hierba de San Juan.
Principales usos de las
plantas curativas
Las plantas y hierbas
que se utilizan con mayor frecuencia en forma de infusiones (tés), medicamentos
y suplementos alimenticios incluyen las siguientes especies:
Abeto. Posee propiedades
antisépticas y expectorantes.
Acelga. Permite que el
hígado funcione correctamente y promueve la eliminación de orina.
Aciano. Tiene efecto
antibiótico, diurético y antiinflamatorio; ayuda a fortalecer la vista en
personas de edad avanzada.
Ajo. Indispensable en la
herbolaria mexicana, pues además de utilizarse como condimento para la comida,
se usa como antiséptico, antimicrobiano, hipotensor (reduce la presión
arterial), hipocolesterolemiante (disminuye los niveles de colesterol) y en la
prevención de trombos (formación de coágulos que pueden tapar venas y
arterias).
Anís. Sirve para aliviar
cólicos intestinales y controlar accesos de tos.
Árnica. Útil para
desinflamar y aliviar el dolor ocasionado por algunas heridas y golpes.
Belladona. Disminuye las
secreciones salivares, gástricas, nasales y sudoríparas; asimismo, tiene efecto
analgésico.
Berro. Contiene gran
cantidad de vitaminas A, C, D y E, siendo la C o ácido ascórbico la que posee
en mayor cantidad, de ahí su uso para combatir el escorbuto; también es eficaz
en casos de deficiencia vitamínica, estimulante del apetito y expectorante.
Boldo. Se emplea en
infusiones para tratar afecciones en hígado, acidez estomacal, gases y fatiga
excesiva.
Caléndula. Se
caracteriza por tener acción antipirética (reduce la fiebre), analgésica, antiinflamatoria,
antiséptica y cicatrizante.
Castaña de Indias. Posee
propiedades antiinflamatorias y antiedematosas (evita o controla la acumulación
de líquidos en alguna zona), lo que la hace ideal para tratar hemorroides y
várices.
Cimicifuga racemosa. Auxiliar
en el tratamiento de los síntomas presentes antes, durante y después de la
menopausia, como bochornos, sudoración excesiva y alteraciones emotivas
ocasionadas por los cambios hormonales (irritabilidad, nerviosismo, insomnio,
cansancio y dificultad para concentrarse).
Cola de caballo. Fomenta
la formación de glóbulos rojos, induce la eliminación de orina y reduce la
fatiga.
Diente de león. Funge
como diurético, laxante suave y estimulante de la secreción biliar.
Epazote. Se utiliza para
controlar padecimientos digestivos y trastornos menstruales (dolor o
dismenorrea).
Epazote de zorrillo.
Destruye parásitos o lombrices intestinales, alivia la diarrea, dolor de
estómago, calambres y cólicos menstruales.
Equinácea. La prevención
de enfermedades es otro de los beneficios de la herbolaria y con plantas como
ésta, se puede equilibrar el sistema inmunológico (aquel que nos defiende de
agresiones externas).
Eucalipto.
Descongestiona las vías respiratorias y permite la expulsión de flemas
(expectorante).
Flor de azahar. Buen
sedante nervioso, adecuado para estados de tensión y estrés, así como
trastornos estomacales.
Flor de saúco. Se emplea
para aliviar afecciones respiratorias, como bronquitis, dolor en pecho y tos
ferina (infección que se caracteriza por intensos accesos de tos seguidos de
aspiración prolongada y profunda que emite sonido agudo).
Fresno. Es
antidiarreico, diurético y antiinflamatorio.
Ginkgo biloba. Diversos
estudios indican que entre las hierbas medicinales provenientes de China, esta
planta mejora la circulación sanguínea y las funciones mentales.
Ginseng. Originario de
Asia oriental, se ha utilizado desde hace muchos años como tónico contra la
fatiga física y mental.
Gordolobo. Entre los
remedios herbolarios, el gordolobo es útil para tratar afecciones
respiratorias, como tos, bronquitis e inflamación de las mucosas.
Hierbabuena. Alivia la
indigestión, cólicos intestinales y dolor de cabeza originado por nerviosismo.
Higuera. Reduce los
niveles de glucosa en sangre.
Manzanilla. Se emplea en
infusión para controlar problemas estomacales y digestivos, así como para
disminuir la inflamación en la mucosa de los ojos. Está entre las plantas
curativas que más se utilizan.
Mastuerzo. Calma el
dolor de cabeza, destruye microbios, induce la eliminación de orina y trata
afecciones en la piel (por ejemplo, manchas e irritaciones).
Menta. Además de su
refrescante sabor, se emplea para controlar diarrea, náuseas, vómitos y cólicos
abdominales.
Olivo. Reduce la presión
arterial.
Pasiflora. Excelente
sedante que se recomienda en casos de insomnio, despertares nocturnos, ansiedad
y estrés.
Romero. Posee acción
cicatrizante, antiséptica y estimulante del sistema nervioso, corazón y
circulación.
Sábila o aloe vera. Una
de las plantas medicinales más versátiles, pues cuando es ingerida, mejora la
digestión, desintoxica al organismo y equilibra la flora bacteriana
gastrointestinal. Al aplicar su savia sobre la piel, proporciona suavidad,
alivia quemaduras, regenera células y previene el envejecimiento prematuro.
Salvia. Útil para
controlar gases gastrointestinales, transpiración excesiva, alteraciones
nerviosas y desinfectar heridas.
Serenoa repens (palma
enana americana). Útil para reducir el crecimiento e inflamación de la
próstata.
Tila. Se utiliza para
calmar los nervios, estrés y ansiedad, inducir el sueño y controlar accesos de
tos.
Tronadora. Reduce los
niveles de glucosa en sangre, alivia dolor de estómago y controla la gastritis.
Uña de gato. Enredadera
originaria de Perú, conocida científicamente como Uncaria tomentosa, se utiliza
para tratar artritis (inflamación de las articulaciones), limpiar el aparato
digestivo y fortalecer al sistema inmunológico.
Valeriana. Se utiliza
para tratar insomnio, ansiedad y nerviosismo, además actúa como relajante
muscular.
Aunque la herbolaria sea
reconocida como tratamiento natural, las plantas curativas no deben
administrarse en exceso y sin previo conocimiento de las especies, pues
requieren dosificación precisa y oportuna por parte de un especialista para no
afectar la salud.
Básicamente, la
herbolaria es la utilización de plantas para prevenir o tratar diversas
enfermedades. Esta práctica es antiquísima, se remonta, muy posiblemente, a
tiempos prehistóricos. En la mayoría de las civilizaciones más antiguas, como
la china, la egipcia, la persa y la griega se hicieron clasificaciones de los
remedios herbarios que formaron parte importante de la “medicina” de la época.
Con la química moderna y
el perfeccionamiento de los métodos investigativos de laboratorio, la
herbolaria tradicional fue “absorbida” por la farmacéutica contemporánea, pero
de hecho, casi la mitad de todos los medicamentos recetados y de venta libre
–aspirina, atropina, incluso varios medicamentos anticancerosos- tienen
componentes derivados de las plantas, por lo que, puede decirse tienen su
“raíz” en la antigua herbolaria.
Sin embargo, hay que
aclarar que la herbolaria pura, sigue teniendo sus adeptos e investigadores y
practicantes modernos que se denominan a sí mismos herbolarios. Además, esta
práctica ancestral es parte también de otras terapias alternativas modernas
como son la homeopatía, la neuropatía y la aromaterapia.
Según los herbolarios,
sobre todo los chinos, existe una planta para casi cualquier trastorno, pero,
por lo general, se ha comprobado que las hierbas sirven para tratar afecciones
leves como pueden ser problemas digestivos, dolor de cabeza, tos, gripe o
lesiones en la piel.
Con respecto a las
pruebas modernas a las que se ha llegado como consecuencia de distintos
análisis de laboratorio, los remedios herbarios producen el efecto buscado
sobre las distintas afecciones porque contienen sustancias que desencadenan
reacciones bioquímicas específicas. Un ejemplo: Se comprobó que la corteza de
una especie determinada de sauce que suele masticar un tipo de indígenas de los
Estados Unidos para calmar los dolores de cabeza, posee ácido salicílico, el
mismo ingrediente activo de la aspirina moderna.
La Herbolaria es el
conjunto de conocimientos relativos a las propiedades curativas de las plantas.
Su utilización en el hombre se puede remontar a más de 25,000 años. Nuestros
antecesores debieron haber seleccionado aquellos vegetales que servían como
alimento, así como también aquellos que podían ser utilizados como medicinales.
También se cree que el hombre pudo haber aprendido de los animales sobre la
elección de los recursos para curarse cuando se encuentran enfermos. De una
forma u otra, por imitación de los animales o mediante ensayos más complejos,
el hecho es que el ser humano ha hecho uso de las plantas medicinales
prácticamente desde el origen de su historia. Esta tradición la encontramos en
todas las culturas de todos los pueblos de los cinco continentes.
La clasificación más
extensa sobre las hierbas y plantas medicinales de que se tenga noticia, es el
Theatrum Botanicum de Parkinson, publicado en 1640. En este Tratado se decía
además que “dependiendo de la planta y del tratamiento, toda la planta o una
parte de ella se utiliza como remedio, empleándose en general, las semillas,
los frutos, las flores, las hojas, los troncos, las cortezas y las raíces de
las plantas y hierbas para preparar los remedios”.
A final de cuentas, este
ya amplio conocimiento terapéutico de las plantas tuvo dos destinos:
1º: El tiempo y una
compleja historia de descubrimientos de los Principios Activos de las
Plantas, integra la
Herbolaria al uso de la medicina que actualmente llamamos “alópata”
Y que también se
denomina “ortodoxa”.
2º: La Herbolaria queda
arraigada en los pueblos (sobre todo el indígena) como parte de la
Cultura común y es lo
que llamamos “Herbolaria Tradicional”
Todas las plantas,
después de un sofisticado proceso metabólico, con el concurso del agua, aire,
tierra y sol, producen sustancias vitales para nutrirse, protegerse y crecer.
También producen otras sustancias llamadas “metabolitos secundarios”, los que en
la planta en sí no cumplen un importante papel, pero que al ser descubiertos
por el hombre y ser aplicados, tienen sobre los organismos vivos diferentes
acciones y que al ser bien utilizados, pueden ayudarnos a solucionar grandes
problemas de nuestra salud e incluso a prevenirlos, pero si se usaran
indebidamente, pueden provocar severas intoxicaciones, e incluso hasta la
muerte.
Estas sustancias en
cuestión vienen a ser el origen de una gran parte de medicamentos que conocemos
en el mercado farmacéutico y se les conoce con el nombre común de Principios
Activos.
"SI DESEAS UN TRABAJO DE HERBOLARIA PARA ALGO EN ESPECÍFICO POR LUZGITANA POR FAVOR CONTACTARME POR MAIL: marygitana@hotmail.com O POR SKYPE: luzgitana79 PARA ACORDAR EL PAGO POR MEDIO DE DEPOSITO BANCARIO POR UN COSTO DE (ES A TRATAR)"
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