El vudú es una religión
que se originó a partir de las creencias que poseían los pueblos que fueron
trasladados como esclavos desde el África Occidental, del contacto de estas
creencias con la religión cristiana propia de los países a donde fueron trasladados,
y es posible que esté influido parcialmente por supervivencias del politeísmo
céltico. Se trata de una variante teísta de un sistema animista, provisto de
un fuerte componente mágico. Por su vinculación directa con la cosmología y los
sistemas de creencias neolíticos, su estudio resulta de gran interés en el
campo de la paleoantropología. El vudú se encuentra entre las religiones más
antiguas del mundo.
El tráfico de esclavos
hacia América produjo un fuerte fenómeno de sincretismo entre esta compleja y
bien esquematizada mitología yoruba (junto a las de otras culturas africanas) y
las creencias cristianas, así como con las religiones nativas de los lugares a
donde se transportó a los esclavos. De aquí surgiría el vudú haitiano y un gran
número de derivativos: la Regla de Ocha o Santería en Cuba, la Santería en
República Dominicana, el Candomblé, la Umbanda y Kimbanda en Brasil, así como
las manifestaciones africanistas en Puerto Rico y los demás países del área del
Caribe, etcétera. Algunos de estos derivativos han llegado a Europa en décadas
recientes, sobre todo de la mano de emigrantes retornados.
El vudú en América
Es un nítido ejemplo de
evolución sincrética entre la religiosidad teísta-animista, las creencias
cristianas de los esclavistas y religiones locales de pueblos como los Taínos,
que se inició cuando muchos africanos y heejin del Golfo de Guinea fueron
utilizados como esclavos en Haití y otros lugares del Caribe. El vudú también
se encuentra muy extendido en regiones tradicionalmente esclavistas de Estados
Unidos hasta la abolición, especialmente en Nueva Orléans. En Haití es notable
la utilización como religión oficial de Haití por parte del gobierno de los
Duvalier para reforzar poder de su gobierno, dada la popularidad de esta creencia
e incluso su importancia en la historia del país, en tanto que se suele
considerar como uno de los antecedentes de la Revolución Haitiana una ceremonia
del sacerdote vudú Boukman llevada a cabo el 14 de agosto de 1791 en
Bois-Cayman.
En sus principios
careció de un clero y de ritos regulares establecidos (liturgia), debido a que
fue una religión perseguida por sus propietarios esclavistas, que los obligaban
a convertirse al cristianismo.
Del vudú americano se
derivan otras religiones como la santería, muy extendida en Cuba de naturaleza
aún más mistificada por las corrientes cristianas, o la Umbanda Brasil. La
santería —una de las máximas expresiones sincréticas del mundo— usa símbolos y
santos cristianos, que dan imagen y representan loas y ritos anteriores,
similares a los del vudú. Lo mismo sucede en la República Dominicana donde la
Santería toma las figuras del cristianismo para representar sus loas.
El vudú ha sido un
fuerte referente para la cultura popular, debido a la atribuida capacidad de
los bokor para resucitar a los muertos y hacerlos trabajar en su provecho
(zombis), así como la de provocar la muerte a voluntad. De igual interés
popular han resultado otros elementos folclóricos como los muñecos de vudú, que
son una especie de pequeños fetiches (que pretenden ser representaciones de
personas) con forma humanoide fabricados con diversos materiales, los cuales se
cree que están vinculados al espíritu de una determinada persona; un ejemplo de
ello es que popularmente se dice de ellos que lo que se les haga le sucede a
quien el muñeco haya sido hecho para representar. Es frecuente encontrar
referencias en la literatura o en el cine en el que estos fetiches se usan en
rituales de magia negra, en los cuales se clavan agujas al muñeco en algún lugar
del cuerpo o se le aplica algún tipo de martirio, y así la persona vinculada
sufrirá algún mal o una maldición; cabe señalar, sin embargo, que en varios
casos, se suele poner como factor de trascendencia en dichos rituales el que su
apariencia externa sea lo más parecida posible a la de persona con quién se
vinculan, lo que sugiere que, para los fines de manipular o torturar,
necesitarían un vínculo más ligado al mundo terrenal que al espiritual. Existe
una amplia literatura y filmografía al respecto, que frecuentemente tiende a
deformar y demonizar este conjunto de prácticas religiosas.
Como hacer magia Vudú.
Pocas palabras ejercen
un temor tan inmediato como la palabra Vudú. Hasta me animaría a decir que ni
los escépticos más furiosos son capaces de oírla sin sentir un leve
estremecimiento.
La magia Vudú está
vinculada con los muertos vivos -los zombis- de las Antillas, sus muñecos y
amarres; y no consiste en una religión original, sino que está conformada por
una mezcla de creencias animistas provenientes de África y luego combinadas con
el cristianismo.
Los hechizos del Vudú
son increíblemente poderosos. Su fuerza proviene de la fe del propio hechicero,
que no es otra cosa que un animista ultra ortodoxo, capaz de manipular la salud
y la vitalidad a través de operaciones que buscan desestabilizar (o no) el alma
de sus pacientes (o víctimas).
Mi opinión siempre ha
sido la de abrir el juego sobre los asuntos paranormales. Cada uno es libre de
hacer lo que desee y sienta, siempre que no busque el daño de terceros, lo cual
siempre terminará en su propio perjuicio. Pero dentro de los hechizos del Vudú
los peligros se vuelven más inmediatos y más tangibles que al utilizar otras
técnicas.
Un error al hacer magia
Vudú puede ser demasiado grave para el oficiante y realmente no se justifica
pudiendo apelar a otras técnicas.
¿Cómo hacer magia Vudú?
En primer lugar debemos entenderla. El Vudú cree en procesos orgánicos e
inorgánicos que acompañan a la adoración de determinados seres de los que
conviene mantenerse alejados. Dichos seres no son otra cosa que entidades
desencarnadas a las que pueden adorarse bajo imágenes fetichistas más o menos
evocadoras.
Estos son los famosos
muñecos Vudú, que representan a una persona y las operaciones que se intentan
ejecutar sobre ella.
La religión Vudú ha sido
injustamente acusada de "macabra", de matar animales, casi siempre,
gallos, gallinas y gatos; y de convertir en zombis a personas a través de
siniestros ritos que emplean venenos desconocidos.
El aura de misterio que
rodea los hechizos del Vudú se ha vuelto su mejor herramienta de propaganda
para sembrar respeto. Existe una tarea de inteligencia en torno a los hechizos
Vudú, que se basa en la sugestión como primer paso para alcanzar la
efectividad.
En este sentido podemos
aprender algo acerca de los hechizos de la magia Vudú, que luego podremos
aplicar en otras circunstancias menos peligrosas.
La verdadera efectividad
de los hechizos de la magia Vudú, y tal vez de todos los hechizos
"modernos", o sea, hechizos que se han dado a partir de la mezcla de
culturas en América Latina, consiste en hacerle saber a la víctima que ha sido
hechizado.
En la religión Vudú se
suele informar a la víctima, ya sea con una carta, un mensaje, un llamado
telefónico, e incluso a través de la presencia del propio hechicero en su
domicilio, que ha sido hechizada.
En ocasiones se dejan
rastros de sal o azufre en el umbral de la puerta de la víctima, restos que
prueban la intencionalidad del hechizo. A partir de entonces comienza a jugar
la sugestión, un ingrediente poderoso que ninguna bruja dejará de utilizar si
el medio se lo permite.
Podríamos imaginarnos a
la sugestión como un terreno fértil donde el hechizo comienza a presionar en la
mente del sujeto.
¿Cuál es su mecánica? Al
saber o creer que hemos sido "embrujados", la sugestión trabaja sobre
esta duda (o certeza) relacionando hechos aparentemente casuales con estas
dudas (o certezas), de tal forma que poco a poco nos vamos auto convenciendo de
su realidad.
Salvo los ritos más
complejos, la magia Vudú es una especie de trabajo de inteligencia; por el cual
se busca sugestionar al sujeto para que sea él mismo quien comience a
relacionar asuntos casuales (como un dolor de cabeza) con los poderes del mago.
Si se le informa al
sujeto de su condición de "embrujado" no tardará mucho en relacionar
todos los acontecimientos de su vida con esta creencia.
El verdadero secreto del
Vudú se encuentra en esta simple técnica de sugestión.
Filosóficamente hablando
no hay ninguna diferencia entre estar embrujado y creerse embrujado. En ambas
circunstancias el resultado es el mismo.
Desde aquí me parece
inadecuado dar detalles precisos acerca de la magia Vudú, en especial porque
detrás de ella hay una religión que no siempre comulga con estas prácticas, y
que nos merece el mayor de los respetos. Sin embargo, en posteriores artículos
iremos recorriendo algunas técnicas de la magia Vudú para integrarlas a otros
estilos que requieran un grado menor de complejidad.
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