Cada signo posee
características específicas de relación acorde a las propias particularidades
solares. Esto es debido a la perspectiva particular que poseemos de nosotros,
de los otros y de los objetos en general. Por medio de nuestros pensamientos y
actos y desde nuestra posición respectiva determinamos quienes somos y que
queremos. La forma de ser que se muestra externamente cuando nos relacionamos
determina nuestra identidad individual. Aries es el ejemplo, la cara por
intermedio de la que evidenciamos lo que somos. Su equivalente es la casa I, es
la personalidad que se transfiere al exterior acorde a unos movimientos, a una
voluntad. El detonante que nos mueve y estimula a superarnos es la dependencia
que tenemos de los otros y el modo de cubrir las necesidades principales para
poder concretar nuestras ambiciones.
El esfuerzo y la
preparación personal, vinculada a la relación con el prójimo, es lo que nos
permite el desarrollo. La constante reciprocidad en el dar y recibir tiene como
objetivo la continuidad de la especie. El yo es la Casa I que busca al tú para
poder satisfacer las necesidades personales.
El tipo de relaciones, el
vínculo con el otro, esta determinado por la Casa VII. Las limitaciones
personales propician el encuentro con los demás, para poder recibir de los
otros lo que nosotros no podemos obtener con nuestro propio esfuerzo.
Las relaciones tienen un
interés totalmente legítimo para poder progresar. La otra vinculación con el
prójimo es por medio del afecto. El remedio dinamizador es el amor hacia uno
mismo, hacia los demás o hacia algo determinado. Nos ponemos en marcha por
medio de la casa I, pero para terminar con lo iniciado y adquirir lo que
necesitamos contamos con los signos de aire. Nos relacionamos con el medio por
intermedio del signo de Géminis, con el aprendizaje adquirimos los
conocimientos para conseguir los recursos necesarios y para poder proceder de
manera correcta en el ambiente que nos movemos cotidianamente. Para conectarnos
con las personas utilizamos la comunicación. Es decir la base del lenguaje y el
conocimiento nos permite la aproximación del yo con los distintos tú.