En primer lugar es
importante destacar que tener un alma vieja no está directamente ligado a las
veces que puedes haber reencarnado en este planeta. Esto se debe a que cada
alma tiene su tiempo de evolución. Esto significa que algunas almas habrán
“madurado” antes que otras, así como en la tierra hay personas que siendo jóvenes
cronológicamente tienen una gran madurez, mientras que otras personas que
tienen más años y que podrían considerarse “viejos”, tienen una mentalidad
inmadura. Igualmente es el crecimiento en el terreno espiritual.
Sin embargo, para saber si
se es un alma vieja, esto es madura a nivel espiritual, existen ciertas
cuestiones claves que ayudarán a dilucidar esta cuestión:
Por ejemplo un alma vieja
entiende muchas de las más profundas lecciones de la vida.
Para algunas personas,
incluso puede ser difícil de imaginar que el alma de un niño puede ser
mucho mayor que el alma de sus padres.
En este caso en especial, esta es una señal de que su alma pudiera ser
más joven que la suya.
Otra cuestión que nos
ayuda a revelar nuestra edad del alma es entender de por qué reencarnamos.
Cuando aprendemos a eliminar (aunque en el plano terrenal es sumamente difícil)
o a reducir nuestro ego y empezamos a ocuparnos en hacer obras de bien a otros,
sin centrarnos tanto en nuestro propio beneficio, es un indicativo que se está
frente a un alma evolucionada (vieja).