Si deseas algo
intensamente, medita con esta imagen de la diosa y concéntrate en tu pedido. Enciende una vela si puedes.
MEDITACION DE LA DIOSA
Comienza respirando
profundamente, inhalando y exhalando. Cada vez que inhales siente como recoges
energía limpia y pura, cada vez que exhalas expulsas tus bloqueos y tus
resistencias. Sigues respirando, hasta que notes todo tu cuerpo se está
purificando, cada célula se regenera con la nueva luz y energía que estas
respirando. Notas que desde los dedos de tus pies, su cuerpo se está relajando.
Sigues inhalando y exhalando. Pasando por tus rodillas, tus músculos, tu
sangre, está relajándose. Sigues inhalando y exhalando hasta que estas
completamente relajado, al mismo tiempo, te sientes lleno de energía, tu
corazón palpita más deprisa. Sigues inhalando y exhalando.
Ves un bosque precioso,
te ves caminando por él. El bosque es frondoso y lleno de flores y animales.
Oyes los cantos de los pájaros, el correteo de los conejos, puedes oler las
flores y la humedad del bosque. Sigues caminando hasta que ves un árbol, este
árbol es tu árbol, ¿Cómo es tu árbol? Te sientas apoyando tu espalda en su
tronco, sientes paz y seguridad,
contemplas todo lo que te rodea, un paisaje precioso., hasta puedes ver las
hadas en las flores.
Te ves que tus ropas han
cambiado, tienen símbolos, espirales y otros símbolos antiguos. Te levantas y
te acercas a un lago de aguas turquesas, que hay al fondo. Ves que hay una
cascada, unas piedras en el lago hacen camino para llegar a la cascada. Las
pasas, atraviesas la cascada y te encuentras con una cueva. Sigues caminando
por el túnel, hasta que llegas a una habitación con un altar, es tu santuario.
Te sientas. Observa todos los detalles de tu santuario. Te sientes en tu
totalidad aquí, estas en el cuerpo de la diosa. Ella está en ti y tu estas en
ella. Tomate un tiempo para sentir esta plenitud. Ahora, pide a la diosa que se
manifieste, que te dé un mensaje, ella se puede presentar de cualquier forma,
como Venus, Demeter, Hecate, … Te dirá algo con imágenes, palabras, sonidos,
etc. Toma el tiempo necesario. Siente la
energía creativa y el amor infinito de la diosa.
Ahora eres una esfera de
luz, que se puede mover en el tiempo y en el espacio. Puedes ir donde quieras,
ir a dar un mensaje, sanar a alguien con tu luz, etc.
Vuelves a tu árbol en tu
bosque, y te vuelves a sentar en él. Das las gracias por todo lo que has visto
y todo lo que se te ha dado.
Acabada la meditación,
comienzas a abrir los ojos, a moverte despacio. Tócate las manos y los brazos,
las piernas. Estás de vuelta. Incluso da palmadas, si lo necesitas.
Has estado en tu lugar
sagrado, en cualquier momento, puedes volver a él, en cualquier momento que lo
necesites.
¿QUIÉN ES LA DIOSA?
Érase una vez un planeta
llamado Tierra que nació en una galaxia llamada Vía Láctea, a este planeta le
gustaba bailar alrededor del sol que tanto le seducía. Hubo una vez en el
tiempo, que la Tierra fue embarazada por este amante tan universal y tan grandioso,
fruto de este amor, nació una hija llamada Luna. Los otros planetas se pusieron
tan felices que lo celebraron moviéndose diferentemente y armoniosamente
alrededor de ellos. La Madre Tierra enseñó a su hija a bailar al son de ella,
lo hizo también que la Madre Tierra sufrió una transformación formando el Agua,
el Fuego y el Aire que junto a la esencia terrestre se envolvieron en una
relación armoniosa y fue cuando el mar apareció, moviendo sus aguas con el
ritmo de la luna. A su vez del mar, surgieron extrañas y pequeñas criaturas que
aparecieron en la superficie de la Madre Tierra.
“Al principio…el mar era
femenino. Durante dos billones y medio de años en la tierra, formas de vida
flotaron en el útero del océano, protegidos por los fluidos químicos, movidos
por los ritmos lunares. Darwin creyó que el ciclo menstrual se originó aquí,
orgánicamente formando la luna, el pulso del mar” (Sjoo and Mor)
El Padre Sol se puso
celoso de esta vida femenina creada por la Tierra y la Luna que el incrementó
las temperaturas a un extremo tal, para poder secar los huevos húmedos
partenogenéticos. A raíz de ello surgió la aparición de reptiles y
consecuentemente del pene durante el curso de la evolución. La reproducción se
especializó en especies complejas femeninas y masculinas. Millones de lunas
después, mujeres y hombres evolucionaron en especies sofisticadas, con
capacidades para reproducir, comunicarse y además, con una conciencia.
Los primeros seres
humanos consideraron a la Madre Tierra como la fuente de alimentación,
protección, espiritualidad y el misterio de los ciclos. Por lo que hubo una
primera intuición sobre la Madre Tierra como una forma religiosa, habiendo una
unión entre Tierra y lo femenino, ambas se distinguían por tener las mismas
funciones sociales de alimentación y protección. Asimismo la luna fue
activamente parte de la vida de la mujer, ya que sangraban al ritmo de la fase
lunar. La Madre e creaba y se transformaba a sí misma, nacía, se reproducía,
moría y renacía otra vez.
Se han encontrado dibujos
y pinturas en cuevas de la Madre dando a luz, relacionados a actos
espirituales. Brian Bates señala que el poder de ser madre, es una expresión de
un principio cosmológico, el nacimiento de todo es un proceso interminable. Así
como la energía nunca se destruye, siempre se transforma. Sin embargo, la
destrucción forma parte de la vida, la muerte es relacionada con la Gran Madre
Cósmica, iconizada como la diosa de la oscuridad, como Kali.
El nacimiento y la
muerte son secretos emocionales del ciclo de la Madre Natura, diseños gráficos
encontrados demuestran que “Dios fue hembra al menos los primeros 200.000 años
de la vida humana en la tierra”. (Sjoo and Mor)
Marija Gambutas encontró
dos categorías de ideogramas desde el Neolítico europeo:
a) Símbolos significando
agua y lluvia, como uves, zigzag, ondulaciones y espirales, todas ellas
relacionadas con la Diosa Serpiente y la Diosa Ave.
b) Símbolos relacionados
con la luna, para llegar a formar, el ciclo de vida vegetal, las estaciones y
el nacimiento de la vida, como cruces, cruz en un círculo, la luna creciente,
cuernos, gusanos, huevos y peces.
Desafortunadamente, el
desarrollo de la civilización y el raciocinio radical condujo a la pérdida
paulatina de unión primitiva e intuitiva para comunicarse con la Madre Tierra.
Actualmente los chamanes, curanderos y brujas siguen esforzándose por conservar
esa comunicación con la esencia de la Madre Tierra, con el arquetipo femenino.
Se consigue mediante sueños, visualización o meditación.
El arquetipo femenino es
uno de los símbolos más poderosos de la conciencia, del consciente colectivo,
por ello la Diosa sigue viva en nosotros, sólo hay que dejarla hablar.
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