El mal de ojo, o también llamado aojamiento, es un fenónemo supersticioso, en el que como su nombre indica, se produciría algún tipo de mal a través de la mirada, hacia la persona que es vista. Esto nada tiene que ver con hechizos, brujería o magia, ya que el mal de ojo puede ser causado de manera voluntaria, así como de forma involutaria, se supone que la mayoría de los casos corresponden a esto último, se hace sin ser conciente de ello.
Según la creencia popular,
el “mal de ojo” sería producto de admiración o envidia que envía, en la mayoría
de los casos, el emisor hacia la persona afectada. Los más propensos a sufrir
ataques de mal de ojo son los niños pequeños, los bebés, aunque las personas
adultas no escapan de este mal.