Las características más
importantes de nuestra identidad están determinadas por el Sol, empuja a
exteriorizar la esencia individual que expresaremos a los interlocutores
entrando así en contacto con los demás. Con el Sol nos conectamos con nosotros
mismos para ir al centro y así poder expresar lo innato. Ubicado en los signos
de Fuego, tiende a desarrollar el mando, el protagonismo y la imposición. Hace
evidente su presencia, y es el más fácil de observar porque hay una innegable
exteriorización.
El Sol, en signos de Tierra adopta una postura más receptiva.
Se basa en lo práctico, solamente se mueve según los resultados. No le
interesan las relaciones sin beneficios aparentes. La palabra, será muy
importante en signos de Aire.
La conversación es de
vital importancia para todo tipo de relación. La intensidad de lo vivido, la
experimentación de emociones es lo que se valorará en los signos de Agua. En el
comportamiento tienen un papel muy decisivo los sentimientos.