Júpiter es el planeta
conocido también, como "el gran benéfico" o el de la "mayor
fortuna". Desde hace mucho tiempo se lo ha relacionado con el patriarca,
con el dios supremo y con el rey, lo podemos encontrar simbolizado en numerosos
panteones.
Se lo ha conectado también con la abundancia y la conservación
divina. Además se le ha dado el nombre de patrono de los teólogos, de los
líderes religiosos, de los filósofos y de todo pensador.
Dentro del sistema
solar, Júpiter es el planeta más grande y tarda en completar su giro alrededor
del sol, aproximadamente, 11 años y 315 días, por lo que permanece en cada
signo zodiacal aproximadamente un año. Es muy difícil imaginar, hoy en día, que
idea de este planeta tenían en la antigüedad y el temor que despertaba en los
individuos de aquella época la experimentación de una fuerza universal tan
contundente.
La astronomía moderna se encarga de desmitificar la concepción de
los planetas, dándole una concepción más real. Aunque la concepción de unidad
ente el alma humana y el universo, ha quedado relegada a supersticiones
antiguas, la relación espiritual entre lo celestial y lo humano sigue siendo
eterna, estas creencias y conceptos del pasado siguen surgiendo una y otra vez,
permitiendo al ser humano investigar sobre las verdades trascendentales. De
acuerdo a los descubrimientos realizados por la nueva física, se ha comprobado
la importancia que se da a todo lo relacionado con el macrocosmos y el
microcosmos. Las cualidades profundas y las aspiraciones que, astrológicamente,
representa este planeta demuestran la constante búsqueda de una verdad profunda
y de una vivencia ampliamente relacionada con la unidad del universo. En este
planeta encontramos una relación natural entre lo físico y lo etéreo, se
combina la necesidad de mejorar lo material sin dejar, por eso, de lado lo
espiritual.