Las herramientas que
hacemos o que compramos (si bien siempre es mejor que fabriquemos nuestras
propias herramientas, en ocasiones eso no es posible y adquirimos algunos
objetos fabricados por otros) llevan asociadas una serie de energías y
vibraciones muy diversas. No solo por el material del que están formados sino
por haber sido manipulados por otras personas o haber sido expuestos a
determinados ambientes.
Antes de introducirlas
dentro del Compás, deberemos consagrarlas para, precisamente, limpiarlas de
cualquier energía ajena que pudiese perturbar nuestros trabajos mágicos. Hemos
de alejarlas del mundo cotidiano para otorgarlas la carga numinosa que las hará
idóneas para la circulación del Gran Agente Mágico. Que es el poder serpentino que
corre bajo la tierra, el espíritu de nuestros Ancestros que fluye por nuestras
venas y es el resplandor que se enciende en la frente del brujo cuando practica
el Arte.