Para practicar la magia
tenemos a nuestra disposición una serie de rituales y elementos que nos van a
ayudar a conseguir nuestros fines. Si estamos convencidos de que nuestros
deseos se van a cumplir y de que vamos a conseguir una transformación de lo negativo
en positivo, ha llegado la hora de pensar en los rituales.
Los rituales son aquellas
prácticas mágicas destinadas a conseguir un fin deseado. En ellos ponemos en
movimiento nuestra energía para dirigirla exactamente hacia el fin que queremos
conseguir. Por medio de las celebraciones rituales se puede llegar a
transformar la realidad cotidiana gracias al poder de nuestra mente.
Existen muchas formas de
rituales como pueden ser: los rituales con velas, los sahumerios, los baños,
las aguas o riegos o simplemente los amuletos. Todos ellos responden a fines y
necesidades muy diversas, como protegernos ante cualquier eventualidad,
encontrar la pareja adecuada, eliminar el mal de ojo, tener suerte, etc.
Siempre hay alguno que se puede acomodar a nuestros deseos.
Generalmente en los
rituales se utilizan una serie de elementos cuyo fin es ayudarnos a
concentrarnos y relajarlos, condición sin la cual el ritual no tendría ningún
sentido y posiblemente tampoco éxito. Estos elementos pueden estar constituidos
por inciensos, esencias, aceites, perfumes, granos o polvos, velas y símbolos.
La elección de uno u otro elemento hace que los rituales sean distintos.