Es lógico que haya muchos
mitos sobre los viajes astrales, por ese motivo hoy te contamos cuáles son los
principales mitos y realidades de los viajes astrales.
Hay muchos mitos en
referencias a los viajes astrales. En tal sentido compartimos información
divulgada por un experto en viajes astrales, Antonio Moraga, específica cuáles
son los mitos y cuáles son las realidades de los viajes astrales.
Algunos de los principales
mitos y realidades de los viajes astrales son los siguientes:
Uno de los mitos más
populares en referencia a los viajes astrales es que hay riesgo mortal. Esto no
es cierto. Lo que sucede es que se puede
quedar dormido por un tiempo y tardará un momento en recuperarlo.
En referencia a la
duración del viaje astral, no hay un tiempo mínimo ni máximo para la duración
del viaje astral. Puede ser de hasta 16 horas o más tiempo, todo depende de
cuánto soporte el cuerpo físico sin recibir alimento y atender las necesidades
fisiológicas.
Otro aspecto que hay que
tener presente, es que el cordón de plata no se rompe durante un viaje astral.
No hay ningún material que lo rompa, ni el agua, ni el fuego u otro elemento físico. Sólo el
cordón de plata se corta en el momento de la muerte.
Realizar un viaje astral
puede ayudarte a resolver asuntos que pueden haber quedado pendiente del
pasado. Te puede ayudar a conocer el propósito de la vida humana así como los
medios para llevarlo a cabo. Por su parte,
puedes apreciar los compromisos que se hicieron con nosotros mismos sobre lo que tenemos que resolver en la vida
presente.
También realizar viajes
astrales te permite observar la vida que se ha tenido en otras encarnaciones,
algo que te puede ayudar a conocerte a ti mismo así como a resolver problemas,
de hecho, resolver conflictos internos que en la vida actual son difíciles de
comprender.
Otro tema vinculado a los
viajes astrales, es que tanto los niños como los adultos pueden hacer viajes
astrales. En el caso de los niños, ellos pueden experimentar viajes astrales
conscientes, y en muchos casos con más facilidad que los adultos, porque tienen
una mente menos contaminada, son más puros y los niveles de energía en los
niños son más altos.
También cuando se hace un
viaje astral puedes comunicarte con seres que han partido de la Tierra. En este
punto en particular, esto nos ayuda especialmente a nosotros más que a las
personas que ya han partido, ya que por lo general quienes han partido no
suelen tener mucho interés en las cosas que suceden en este plano.
Un mito muy común es que
un alma perdida puede meterse en tu cuerpo. Hay que tener presente que esto no
sólo sucede en el viaje astral, sino incluso en cualquier otro momento de la
vida si nuestro campo áurico está abierto por cualquier causa. Para evitar esta
situación, se recomienda ciertas protecciones energéticas. Ocurre por muy poco
tiempo y sólo provoca un desgaste de energía, pues a la entidad que emerja en
el cuerpo de la otra persona no le interesa que ésta sea consciente de su existencia
y al final acaba saliendo.
Una situación que puede
ocurrir es que las intervenciones quirúrgicas pueden afectar el cuerpo astral.
Esto sucede cada vez que abren el cuerpo físico. Se ha observado que hay
pérdida de energía, lo que causa que el nivel vibratorio disminuya.
Hay que tener en cuenta
que si se despierta en forma brusca puede ser peligroso. Esto se puede producir
un fuerte impacto en el cuerpo y en la mente de la persona. Por lo cual no es
recomendable si la persona tiene problemas cardiovasculares.
Hay que tener en cuenta
que en caso de los viajes astrales la única prueba de que todo esto es realidad
es la propia experiencia del viaje astral.
En el caso de los viajes
astrales se viaja más rápido que la luz, pudiendo llegar a una milésima de
segundo.
Es importante recalcar que
los viajes astrales son una experiencia personal, intransferible. Los expertos
en viajes astrales aseguran que después de realizar un viaje astral la persona
cambia la manera de ver el mundo y valora más lo que tiene tanto material como
inmaterial. La persona se torna más humana, buscar aprovechar el tiempo que
tiene en el mundo terrenal, es más solidaria con las demás personas, se pierde
el miedo a lo desconocido, se suele despojar de las fobias, convirtiéndose en una
persona más abierta y espontánea.
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