Antiguamente se utilizaba el aceite y el pabilo en las conocidas lámparas; con
el descubrimiento de la parafina aparecieron las velas y la primitiva costumbre
de dar luz a los Dioses y a los espíritus ha seguido creciendo.
Es más importante que el color de la vela, la intención que se deposita en ella;
aunque jamás se me ocurriría hacer un pedido cualquiera con una vela que no
fuera blanca o de colores claros.
A mayor avance, mejores
oportunidades tenemos para escoger el color y la forma que más fuerza imprima
en nuestra intención; ya que existen representando una amplísima gama de
situaciones que en el conflicto o en la felicidad se pueden simbolizar con una
vela.
Algunos sostienen que el
mensaje que podemos obtener en el ceremonial de encender una vela, nos es dado
por una entidad espiritual a la que hemos alumbrado; otros aluden la
participación del inconciente colectivo; y muchos, que encontrando validas
ambas consideraciones, también tienen en cuenta algunas otras más como la
naturaleza energética, astrológica y psicológica del sujeto terrenal.
Las velas pueden ser: de
parafina, de cebo y de miel.
Las de cebo se utilizan
únicamente para invocaciones de magia negra, no siendo recomendable el uso de
las mismas para iluminar seres de luz; escogida generalmente con fines
perversos.
Las de miel se emplean
para hacer endulzamientos y armonizaciones; se desenrollan y con un palillo de
dientes se escribe la solicitud y el nombre de quien se requiera.
Y las de parafina, las
comúnmente más utilizadas, se adaptan a todos los fines. Según sus formas se
emplean de la siguiente manera:
Sol y/o Pirámide- para
energetizar, atrae energía positiva despejando los caminos para los logros
personales.
Flor- para la armonía y
unidad de la familia.
Manzana- para pedidos de
pareja especialmente cuando se encuentran constituidas.
Corazón- para abrir el
corazón de alguien y que nos permita ingresar a él.
Choclo y/o Llave- para
conseguir trabajo y dinero y abrir los caminos económicos, impulsando el
desarrollo y el crecimiento.
Paloma- para dolencias de
salud y alejar pensamientos que no sean apropiados.
Sapito- para los
conflictos con familiares, amigos y conocidos en relación a chismes y
habladurías.
Tijera- para cortar todo
tipo de negatividades en cualquier plano y permitir el crecimiento rápido de lo
nuevo por llegar.
Torre- para todo lo que
presenta dificultad y requiere de una fuerza muy grande para salir de la
crisis.
Nudo- para amarrar asegurando
una relación de pareja y para deshacer posible ligaduras.
Casamiento- para
materializar una unión de amor con augurios de prosperidad.
Tótem- para pedidos de
suma importancia, de esos que solo se hacen dos o tres veces en la vida.
Hacha- para que se haga
justicia, dar fuerza a algún pedido y efectuar cortes de envidias y
negatividades.
Libro- para cuestiones
estudiantiles, exámenes y elevar el interés por la lectura y el conocimiento.
Casa- para la unión
familiar, especialmente cuando hay riesgo de separación y crisis.
Víbora- para neutralizar
los celos, envidia o negatividades que una persona nos envía, ya sea de manera
conciente o inconciente.
Cráneo- para estimular la
reflexión de quién mantiene una postura equivocada frente a determinada
situación.
Hombre-Mujer- para ayudar,
atraer y armonizar, representando a la persona por quién se hace la solicitud.
Pareja- para aumentar la
atracción y el deseo en una relación de noviazgo.
Puño-para imprimirle
fuerza a un pedido, evitando que nada ni nadie lo detenga, aleja a las
enemistades.
Espada- para atraer la
justicia y cortar negatividades especialmente en lo laboral y social.
Hay que tener en cuenta
que si le vamos a dar importancia a la figura que tenga la vela, también
debemos dársela al color; caso contrario es preferible utilizar un cirio blanco
común a encender algo que no tenemos la certeza de cómo va a funcionar y lo que
estamos atrayendo con eso.
-Blancas: para todo tipo
de pedidos de ayuda, principalmente armonía y salud.
-Amarillas: para dinero y
poder.
-Rojas: para aumentar la
pasión, el amor, energetizar y derribar negatividades.
-Verdes: para salud
física, mental, emocional y energética.
-Azules: para aportar
calma, tranquilidad, serenidad y paz, colaborando con el equilibrio mental.
-Rosas: para el amor, la
salud, la armonización general y las intervenciones quirúrgicas.
-Violetas: para
transmutación de la energía, liberación de cargas kármicas y problemas serios
de salud.
-Lilas: similar a la
violeta, especial para la vista y los ojos.
-Celestes: para la
armonía, unión familiar y potenciar la claridad mental en proyectos de
cualquier tipo.
-Naranjas: para conjugar
la fuerza del rojo y el amarillo, propiciando claridad, fuerza y armonía.
-Marrones: para el dinero,
los éxitos en general y los logros personales.
-Negras: para alejar
negatividades y cortar trabajos de magia negra. En lo personal, aconsejo no
prender por ninguna causa en el hogar velas negras, ya que sin desearlo
podríamos estar atrayendo a nosotros un tipo de energía con la que después no
sabremos accionar.
Si bien todos estos datos
brindan una buena referencia de cómo y para qué emplear cada forma y color; es
de vital importancia la intención que proyectamos en las mismas al tiempo de
encenderlas. Reflexionar y pasar por el tamiz del corazón nuestro anhelo nos
permitirá evaluar los motivos o razones que nos movilizan a escoger hacer un
determinado ceremonial, tomando conciencia del karma que intentamos perder y
aquel que potencialmente nos cargaremos al hombro, cuando egoísta o
resentidamente pensemos en hacerle daño a alguien en cualquier aspecto de su
vida.
Es humano no poseer los
conocimientos para resolver todos los desafíos que nos impone la vida; cuando
las inseguridades te hagan dudar sobre la técnica más efectiva para crear tu
propio trabajo de magia, teniendo en cuenta todos los aspectos que intervienen
en una determinada situación o deseo, nos consultas y con todo placer te
orientaremos con los conocimientos e incluyendo también la experiencia práctica
de tantos años, que como de costumbre, ponemos a tu disposición.
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